En una época en la que el fútbol se consume a golpe de pantalla y redes sociales, hay historias que devuelven al deporte su dimensión más humana. Una de ellas es la de David, alias «El loco del fútbol´´, un apasionado del balón que ha convertido su amor por el fútbol en una colección tan singular como impresionante: más de 560 bufandas de equipos de todo el mundo.

No se trata solo de una cifra llamativa. Detrás de cada bufanda hay un viaje, un estadio, una conversación con desconocidos que comparten un mismo idioma universal: el fútbol. Muchas de estas piezas han sido conseguidas por el propio David en sus recorridos por distintos países, visitando campos históricos y modestos, desde grandes capitales europeas hasta rincones donde el fútbol se vive con la misma intensidad que en los grandes escenarios mediáticos.

Pero la colección no se limita únicamente a sus experiencias personales. Con el apoyo incondicional de su mujer, amigos y familiares han sido parte fundamental de este proyecto tan especial. Cada vez que alguno de ellos ha viajado, ha habido un pensamiento recurrente: “una bufanda para él”. Así, países, ligas y clubes se han ido sumando a la colección gracias a gestos de cariño que demuestran que el fútbol también une fuera del campo.
Las bufandas representan mucho más que colores o escudos. Son símbolos de identidad, de pertenencia y de pasión. En ellas conviven gigantes del fútbol mundial con equipos humildes, clubes históricos con otros prácticamente desconocidos para el gran público. Esa diversidad es, precisamente, uno de los mayores orgullos de El loco del fútbol, que defiende que no hay fútbol pequeño, solo historias que merecen ser contadas.
Su colección es también un mapa emocional del planeta fútbol. Cada bufanda tiene una anécdota: un partido inolvidable, una ciudad descubierta, un regalo inesperado. Algunas llegaron tras largas caminatas por mercadillos cercanos a los estadios; otras, dobladas cuidadosamente en una maleta, cruzaron océanos para terminar colgadas junto a cientos de compañeras.
En tiempos donde el coleccionismo tiende a lo digital, esta colección mantiene viva la esencia más romántica del fútbol. Tela, flecos y escudos que guardan recuerdos imborrables. Para David, no se trata de poseer, sino de recordar y compartir. Cada bufanda es una historia que puede contarse una y otra vez.
Más de 560 bufandas después, el objetivo no es cerrar la colección, sino seguir ampliándola. Porque mientras haya un estadio por visitar, un amigo viajero o un equipo por descubrir, el fútbol seguirá encontrando su lugar… aunque sea colgado en una pared, convertido en bufanda.
Podéis seguir sus aventuras y sus historias en sus redes sociales. Posee cuenta tanto en Instagram como en Tiktok bajo el apodo de @ellocodelfutboloficial en ambas plataformas.



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