El FC Barcelona femenino por fin ha encontrado en Ewa Pajor a la goleadora que tanto había buscado. La atacante polaca volvió a los terrenos de juego tras su lesión y lo hizo de la mejor manera posible: marcando dos tantos en el Clásico frente al Real Madrid y recordándole a todo el mundo por qué su presencia cambia por completo el ataque azulgrana.

Desde que aterrizó en Barcelona, Pajor ha mantenido un ritmo goleador difícil de ver en el fútbol europeo. Sus números hablan por sí solos: supera con holgura el gol por cada dos partidos y se ha convertido en una amenaza constante para cualquier defensa que se cruce en su camino.
Su manera de jugar encaja a la perfección con lo que el equipo necesitaba. Se mueve con inteligencia dentro del área, protege el balón con una facilidad sorprendente y, sobre todo, tiene un instinto para el gol que muy pocas jugadoras poseen. Para Pere Romeu, Pajor es una de las mejores especialistas del mundo en el remate y en el juego dentro del área, un perfil que hasta ahora el Barça no había conseguido cubrir del todo.
Durante las semanas en las que estuvo ausente, el Barcelona sufrió para romper defensas muy cerradas. Equipos como la Real Sociedad o el Granada consiguieron complicarles los partidos porque faltaba esa figura capaz de generar peligro constante cerca del área contraria. Con el regreso de la polaca, esa carencia ha desaparecido.
Pajor, por su parte, resta importancia a su impacto y destaca el trabajo del resto del equipo. Según ella, las centrocampistas y las jugadoras de banda le facilitan la vida, generándole situaciones muy favorables para definir: su misión es simplemente estar bien ubicada y convertir las oportunidades.
Su influencia también ha sido reconocida dentro del vestuario. Álexia Putellas, una de las voces más autorizadas del equipo, elogió su intuición: “Siempre aparece donde cae el balón”, afirmó tras su doblete ante el Madrid.
Con su vuelta en plena forma y su capacidad para decidir partidos, Ewa Pajor apunta a convertirse en un nombre histórico dentro del club. No solo marca goles: aporta un estilo diferente, un punto de contundencia y una seguridad ofensiva que el Barça llevaba mucho tiempo esperando. Su figura empieza a consolidarse como la referencia que necesitaban para mantener su dominio en el fútbol femenino.



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