La nueva era de Adrián Colunga con el Real Murcia trae cambios no solo tácticos, sino que también en cuanto a los roles a desempeñar por los futbolistas. En el pasado mercado estival, la dirección deportiva liderada por Asier Goiria, actual ex director deportivo, decidió traer a un futbolista experimentado como Ekain Zenitagoia.
La llegada del media punta vasco buscaba reforzar la zona de tres cuartos con un futbolista con capacidad ofensiva, goleadora y con ese toque de veteranía del fútbol profesional imprescindible para sobrevivir en Primera Federación.
Con Joseba Etxeberría la posición del jugador formaba parte de un dibujo complejo donde aparecía, en ocasiones, como falso nueve detrás del delantero referencia. Pero esto ha cambiado con la presencia de Adrián Colunga en el banquillo. Ekain forma parte de una doble punta en muchos tramos del partido, aportando en todo momento minutos de calidad acompañado de un compañero capaz de filtrar balones al espacio cuando no tiene espacio para crear sus propios huecos.
Lucha como forma de vida
Si hay algo que no se negocia en la filosofía de Ekain es la lucha individual. El conflicto pasivo en cada balón dividido forma parte de su forma de juego, algo que enamora a cada uno de los técnicos que han tenido la suerte de contar con él en sus filas. El afortunado actual es Adrián Colunga que aprovecha sus cualidades al máximo para sabotear los planes rivales.
Su experiencia en el Racing de Santander fue importante a la par que contribuyente. Protagonista absoluto en un equipo histórico que tuvo la oportunidad de tener a un generador absoluto de juego al que le tuvieron un especial cariño.
Su aterrizaje en Murcia ya ha aportado tres goles y una asistencia en este primer tramo de temporada. La llegada de Adrián Colunga puede ser el detonante definitivo para un futbolista que a través de su carácter, no necesita a nadie para hacerse valer.



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