El francés brilla en una posición inesperada y se convierte en la pieza sorpresa del Clásico

El Clásico dejó mucho más que tres puntos para el Real Madrid. Dejó una confirmación: Xabi Alonso no solo dirige, sino que reinventa. Su apuesta más arriesgada —colocar a Eduardo Camavinga en una posición poco habitual— resultó ser el golpe táctico que decantó el partido frente al Barcelona. Lo que parecía una idea experimental se transformó en una de las claves del triunfo.
El chico que cambia el ritmo del Madrid
Camavinga jugó con la energía de siempre, pero con una inteligencia nueva. Situado más adelantado, en un rol híbrido entre interior y extremo, el francés se convirtió en el motor del equipo. Presionó, recuperó, atacó… y lo hizo con una madurez que contrasta con sus apenas 21 años.Los números respaldan su actuación: 22 de 26 pases acertados (85%), 8 de 12 duelos ganados, 3 regates completados, 3 recuperaciones y apenas una pérdida. Un despliegue total. Después del partido, el propio jugador bromeó en redes sociales: “Nueva posición desbloqueada: extremo derecho”.
Xabi Alonso ya lo había avisado semanas atrás: “Estamos construyendo una base sólida”. Lo que parecía una frase de manual se convirtió en realidad sobre el césped. Camavinga fue la muestra viva de esa evolución, del proyecto que el técnico tolosarra está moldeando con precisión quirúrgica.
El arma secreta del nuevo Madrid
Desde que llegó al club, Camavinga ha sido un futbolista diferente. Capaz de jugar como mediocentro, interior o lateral, siempre responde, siempre se adapta. Pero con Xabi Alonso ha dado un salto más: se ha convertido en una herramienta táctica versátil, ideal para un entrenador que quiere un equipo más moderno, más colectivo y más dinámico.
“Quiero encender a la afición, que digan: Ese es mi Real Madrid”, dijo Xabi el día de su presentación. Y en ese proceso, Camavinga encaja como un guante. Su conducción rompe líneas, su energía contagia y su entendimiento del juego es cada vez más fino. El técnico lo sabe: “Tiene un potencial enorme y muchísimas cualidades. Dentro del proyecto colectivo hay proyectos individuales, y él es uno de ellos”, confesó tras el encuentro.
El futuro ya está aquí
El Clásico no solo confirmó la victoria blanca, sino también una realidad: el Real Madrid tiene en Camavinga un jugador de presente y de futuro. No importa dónde lo coloquen, siempre responde. Y eso, en un equipo en construcción, vale oro.
Xabi Alonso lo resumió mejor que nadie en el vestuario: “Todo el equipo ha hecho un gran partido, pero Eduardo ha estado excepcional.”
El nuevo Madrid tiene alma joven, piernas frescas y un francés que puede jugar donde quiera… y hacerlo como un veterano.



Deja un comentario