Los hammers cayeron en Elland Road ante un Leeds recién ascendido y hacen peligrar cada vez más sus opciones de permanecer en la Premier League a final de temporada

El West Ham lleva un par de temporadas arrastrando una crisis deportiva muy profunda, la peor desde que el club ascendiera por última vez a la Premier League allá en 2012. Aun así, los irons fueron capaces de sacar las castañas del fuego la pasada campaña, donde también acabaron en la parte baja de la tabla. La salida de David Moyes al acabar la temporada 23/24 ha resultado ser un punto de inflexión muy importante para la estabilidad de un equipo que, por presupuesto, debería pelear todas las temporadas por entrar en competiciones europeas.
La llegada de Julen Lopetegui a comienzos de la temporada pasada, sumado al ilusionante mercado de fichajes realizado ese verano (Füllkrug, Summerville, Guido, Kilman, etc.) se percibió como una bocanada de aire fresco para los aficionados hammers, ya cansados del fútbol de Moyes que, pese a todo, había dado grandes resultados. Pero la ilusión se desvaneció rápidamente con el paso de las jornadas. Lopetegui no supo convencer a sus jugadores de la idea de juego que pretendía imponer y el West Ham llegó a enero situado en 14º lugar con apenas 23 puntos cosechados en 20 jornadas, muy lejos de las aspiraciones europeas marcadas por el club y mucho más cerca de una zona de descenso donde los tres ascendidos (Ipswich Town, Leicester City y Southampton) simplemente no dieron el nivel.

El 8 de enero, Julen Lopetegui es despedido. Su reemplazo resultó ser Graham Potter, un entrenador muy cotizado en Inglaterra gracias a su propuesta de juego pero que no venía de un capítulo precisamente exitoso en el Chelsea. Potter, en su etapa en Brighton, fue el gran culpable del salto de nivel que dieron los seagulls desde que ascendieran en 2018. Su estilo de juego alegre, protagonista con balón y atrevido para el estatus del equipo en la liga llamó la atención de un Chelsea que había quedado huérfano tras el despido de Tuchel.
Graham Potter cogió al West Ham en la jornada 21 de liga la temporada pasada y, con la cohartada de haber cogido un nuevo equipo a mitad de temporada y sin tiempo de adaptación, dejó al West Ham en el mismo sitio en el que lo había cogido: 14º con 43 puntos. Con Potter a los mandos, el West Ham solo cosechó 20 puntos en 18 jornadas, un dato sensiblemente peor que el de su predecesor.
Nueva temporada, mismos problemas
La directiva del club mantuvo las esperanzas puestas en Potter de cara a esta temporada, confiando en que el trabajo durante la pretemporada, ya con tiempo para moldear a los jugadores a su idea de juego, resultaría al fin el comienzo de una nueva era en el conjunto londinense. Nada más allá de la realidad.
Para empezar, el trabajo en la dirección deportiva del club en verano dejó mucho que desear. Los refuerzos para esta temporada, además de estar sobrepagados, fueron insuficientes a la vez que poco ilusionantes. Mateus Fernandes, Diouf o Wilson parecían no acabar siendo un salto de calidad para una plantilla que, en líneas generales, carecía de talento, más después de la marcha de Mohamed Kudus al Tottenham.
La mano de Potter, con pretemporada incluida, no terminó notándose en el inicio de esta campaña. Los hammers son, a día de hoy, un equipo falto de calidad diferencial, con una falta de gol que clama a los cuatro vientos y una fragilidad defensiva considerable. El ex técnico del Chelsea tan solo duró cinco jornadas al frente del equipo en este arranque de temporada. Eliminados de la Copa de la Liga a las primeras de cambio y penúltimo en la tabla con cuatro derrotas y tan solo un triunfo. Ese fue el bagaje de Potter a los mandos del equipo.

Con Potter ya en la calle, David Sullivan (presidente del club) se apresuró para encontrar un sustituto de calidad que fuera capaz de remontar la desatrosa situación del equipo. El elegido fue un Nuno Espírito Santo que, tras hacer una campaña histórica con el Forest, se marchó de Nottingham a principios de esta temporada por desavenencias con Marinakis, dueño de los tricky trees. La hoja de ruta era clara: un entrenador con una idea de juego muy pragmática que pusiera orden en el vestuario. La plantilla parecía ser acorde a la idea de juego del entrenador portugués.
Pues bien, Nuno, que cogió las riendas del equipo en la sexta jornada ante el Everton, tan solo ha cosechado un punto (1-1 ante los Toffees) en los cuatro partidos que lleva en el banquillo hammer. Tampoco ha mejorado la fiabilidad defensiva de los suyos, algo en lo que se caracterizó mucho su Nottingham Forest la temporada pasada. El West Ham ha encajado 7 tantos en estos cuatro partidos, siendo solo capaz de anotar dos. Si bien es cierto que uno de esos partidos fue ante el Arsenal (derrota 2-0), sus otros tres encuentros han sido ante Everton, Brentford y Leeds, equipos que debería estar en la parte medio-baja de la tabla a final de temporada. Por lo tanto, el calendario no es excusa.
La primera parte en Elland Road este pasado viernes fue un auténtico esperpento. El Leeds encarriló el choque con dos goles en los primeros quince minutos de partido y, pese al gol anulado a Paquetá en el tramo final de la primera mitad, el West Ham no supo plantar cara a un equipo que también está sufriendo para sacar adelante sus partidos. Con Füllkrug en la enfermería, Nuno está apostando por jugar sin un ‘9’ de referencia, colocando a centrocampistas ofensivos como Paquetá o el propio Mateus Fernandes, autor del único gol del West Ham frente al Leeds, en esa demarcación, algo que no deja de sorprender teniendo en cuenta los planteamientos de Nuno y la importancia de su delantero, más teniendo a Wilson esperando su turno en el banquillo.
El West Ham es 19º en estos momentos (aun con toda la jornada por disputarse) con un goalaverage de -13. Una situación muy dura para un club que aspira a estar molestando al Big Six temporada tras temporada. Nuno acaba de empezar. El parón de selecciones de octubre y el paso de las semanas junto a los jugadores deberían empezar a surtir efecto en un equipo que ve como sus opciones de descender se van acrecentando ligeramente con el paso de las derrotas.



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