El piloto madrileño del equipo Trackhouse Racing, a sus 24 años de edad y aprovechando la ausencia del campeón del mundo Marc Márquez, ha logrado su primera y tan deseada victoria en un gran premio de MotoGP en uno de los trazados más emblemáticos de la categoría como es Philip Island. Oficialmente Raúl Fernández se sitúa el séptimo en la lista de pilotos en ganar una carrera este 2025, y se suma al registro histórico de españoles en cosechar dicho triunfo.

Nervios a flor de piel
Tras lograr la plata en la carrera corta del sábado, el Trackhouse empezó a soñar con una posible victoria de cara al domingo. Raúl, tras salir victorioso de una pequeña lucha con su compatriota y piloto de KTM Pedro Acosta, y aprovechando la double long-lap de Marco Bezzecchi, consiguió colocarse en cabeza de carrera con varios segundos de ventaja respecto a sus contrincantes.
A partir de aquí, tanto el propio piloto como dentro del box se vivieron momentos de auténtico infarto y agonía, conocedores de la gesta que estaban a punto de realizar, pero el madrileño no dejó dominarse por los nervios y finalmente cruzó la meta en primer lugar, celebrándolo por todo lo alto y haciendo ver que todo el esfuerzo y sufrimiento para llegar hasta aquí realmente ha merecido la pena, pero sobre todo y lo más importante, volviendo a ser feliz como piloto de MotoGP.

Fin de semana fantástico para Aprilia
La fábrica de Noale vuelve a ser partícipe de un gran fin de semana en cuanto a rendimiento y resultados se refiere, esta vez en territorio australiano. Nuevamente, Marco Bezzecchi a ritmos de escándalo, volvió a subirse a lo más alto en la carrera al Sprint, y el domingo en la carrera larga, a pesar cumplir la «double long-lap penalty» por el incidente ocurrido con Marc Márquez en Indonesia, cruzó la línea de meta en tercera posición por detrás de un Fabio Di Giannantonio que se encargó de salvar el honor de Ducati, y de su compañero de fábrica Raúl Fernández que sencillamente estuvo pletórico. El italiano de Aprilia ya es tercero en la general del campeonato, sobrepasando a su amigo Pecco Bagnaia, quién a lo largo de todo el gran premio llevó a cabo un rendimiento prácticamente ridículo, ya que en la Sprint del sábado, finalizó en penúltima plaza, y el domingo se fue al suelo en los últimos compases de la carrera.


Todo hace entrever que las Ducati están perdiendo cada vez más y más fuelle. Desde que se aplicó el formato al Sprint, al menos una desmosedici lograba subirse al podio, hasta el pasado sábado, que ninguna de estas logró acabar entre las tres primeras plazas. Todo lo contrario sucede con Aprilia, que ahora más que nunca están apretando el puño del acelerador y junto a sus pilotos están realizando un trabajo excepcional para seguir desarrollando aún más la RS-GP.
Veremos cómo van evolucionando las fábricas de cara a la temporada que viene, pero todo apunta a que el dominio absoluto del imperio ducatista, muy pronto llegará a su fin.




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