El delantero del Guadalajara cortó su sequía goleadora ante el Barakaldo tras un inicio de temporada muy convulso para él

El empate entre Guadalajara y Barakaldo del pasado sábado dejó notas positivas pese al resultado. El Dépor volvió a sumar un punto que sirve para no descolgarse de las primera posiciones en la tabla aun encadenando ya hasta cuatro partidos sin conocer la victoria. Y lo hizo gracias al tardío gol de un Cañizo que, tras una excelente temporada pasada en Segunda RFEF, estaba experimentando un cambio sustancial en cuanto a importancia dentro del equipo alcarreño con el ascenso a Primera Federación.
El punta de Suances aterrizó la temporada pasada en Guadalajara procedente de un club importante como es el Zamora CF. La experiencia en una categoría superior a la que por aquel entonces disputaba el Dépor apuntaba a ser determinante para el conjunto morado. Con el paso de los partidos, el engranaje generado mediante la pizarra de Pere Martí lo fue situando como el delantero de referencia del club guadalajareño. El tiempo dio la razón al castellonense. Cañizo terminó la temporda 24/25 convirtiéndose en el máximo artillero del Dépor (equipo, a su vez, más goleador de la categoría) con 13 tantos en 30 partidos de liga disputados.
Sin ser un delantero especialmente rápido ni habilidoso, Cañizo resultó ser el ‘9’ perfecto para Pere Martí. Su buen juego de espaldas, su gran capacidad de asociación tanto con los jugadores de banda como de segunda línea y, por supuesto, su magnífico instinto goleador, ayudaron en gran parte al gran desempeño del Dépor la pasada campaña.
Difícil adaptación a la nueva categoría
El ascenso del Guadalajara a Primera Federación fue, por motivos obvios, una de las grandes razones por las que el club alcarreño pudo mantener hasta 15 de los efectivos que formaron parte de la plantilla en la 24/25. Uno de esos jugadores, por supuesto, fue Cañizo. El club mantuvo firme la confianza en el delantero del ascenso, con muchas expectativas puestas en su desempeño en una categoría superior.
El Dépor, tras un ajetreado verano en las oficinas del club, quiso reforzar su delantera incorporando a un jugador de la categoría de Salifo, un punta procedente del filial del Tenerife que ya había debutado en Segunda División con el primer equipo del conjunto canario. Salifo se convirtió rápidamente en la gran apuesta del club de cara a la nueva temporada. Aun así, Cañizo apuntaba a ser un acompañante perfecto del guineano en el 4-4-2 empleado por Martí.
La pretemporada resultó ser un punto de inflexión importante. David Amigo, delantero suplente a priori en la rotación del Dépor, realizó una muy buena gira de amistosos, sumando tres goles en los partidos de preparación. Además, Borja Díaz reapareció durante la pretemporada tras una grave lesión de cruzado que lo tuvo apartado prácticamente toda la pasada campaña. La competencia por el puesto se puso mucho más complicada para Cañizo.
Aun así, Pere Martí comenzó la temporada apostando por él. Si bien es cierto que Salifo no pudo jugar en el primer choque ante el Tenerife, Cañizo fue titular en los dos primeros partidos de liga. Su expulsión en los últimos minutos ante el Celta Fortuna, eso sí, fue el comienzo del bajón de minutos del delantero gallego. Tuvieron que pasar cinco encuentros para que Cañizo volviera la titularidad en el Guadalajara. Esto fue en la séptima jornada ante el Arenteiro. Solamente aguantó 53 minutos sobre el césped antes de ser sustituido.
El pasado sábado, ante el Barakaldo, saltaba la sopresa. Cañizo partía desde el banquillo pese a la baja por lesión de Amigo y era Pablo Muñoz, un habitual jugador de banda, quien se situaba como acompañante de Salifo. Para más inri, quien sustituyó a Salifo (lesionado) tras el descanso fue Borja Díaz. Martí introdujo a Cañizo ya en el minuto 76 en un intento por agitar el árbol en busca del empate. Una decisión tan controvertida como acertada.
A Cañizo le bastaron diez minutos sobre el campo para romper su sequía goleadora esta temporada. El ‘9’ del Dépor, haciendo muestra de su gran colocación dentro del área rival, se impuso a los defensas gualdinegros para empujar al fondo de la red un balón centrado por Unax y rescatar un empate para los morados. Incluso, ya en el descuento, pudo haber hecho el 2-1, aunque no pudo entrar en contacto con el balón en un remate a bocajarro tras un centro raso de Gallardo desde la banda.
Ahora, tras la lesión ya confirmada de Salifo, Martí tendrá la responsabilidad de decidir si prefiere dar continuidad al estado de forma del Cañizo tras este gol frente al Barakaldo, o de lo contrario mantener al punta gallego como una amenaza desde el banquillo. Lo que sí es seguro es que Cañizo ha vuelto, algo que no deja de ser más que determinante para las aspiraciones del club alcarreño para el resto de la temporada.



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