Pese a adelantarse en el luminoso con un gol de Starfelt en propia meta en los primeros compases del partido, el conjunto colchonero sufrió las consecuencias de jugar con uno menos gracias a la expulsión de Lenglet y se le escapó los tres puntos en la segunda mitad.

El Atlético de Madrid vuelve a repetir los mismos errores que cometió al inicio de temporada y se deja dos puntos clave en la lucha por LaLiga. Balaídos se vistió de gala para recibir a un equipo que generaba miedo en los últimos enfrentamientos contra equipos «top», y aunque no comenzó con buen pie el partido terminó sacando un punto valioso contra un titán del fútbol español.
Del genial comienzo a la expulsión de Lenglet
Con el balón ya rodando en el césped del estadio, el Celta dispuso de una ocasión clara de Borja Iglesias con un remate de cabeza que se marchó por muy poco de la portería visitante. Luego del susto, el Atlético disminuyó las pulsaciones y comenzó a tener el dominio del balón hasta que en el minuto 6 Pablo Barrios corrió al espacio luego de una jugada de tiralíneas y puso un pase de la muerte que el central Starfelt acabó introduciendo en su portería, un gol muy desafortunado para el Celta de Vigo al poco de iniciar el partido.
Después del primer revés, el equipo de Giráldez intentó construir con los pases para responder al gol encajado, pero el planteamiento del conjunto rojiblanco estaba siendo eficaz tanto con pelota como sin ella. El Celta seguía desacertado en las ocasiones con otro disparo de Borja Iglesias que se fue por las nubes.
Pasada la primera media hora, el Atlético estaba teniendo ciertos problemas en el momento de tocar atrás debido a la presión del conjunto celeste, tratando de buscar en largo a algún jugador para asentarse en el campo contrario. El partido se jugaba sin ocasiones reales que conlleven apariciones de los dos cancerberos.
Sin embargo, en el minuto 40 el defensa Clement Lenglet fue amonestado con su segunda amarilla y, por ende, expulsado del partido después de arriesgar un pase con Jutglá delante que el jugador robó para salir corriendo y el francés no tuvo más opción que agarrar al delantero, un error muy típico de novatos.
Después de esa expulsión, el equipo de Simeone intentó hacer que pase el tiempo y desde los vestuarios plantear la nueva estrategia para sobrellevar la salida de Lenglet. Con el pitido del árbitro, el Celta creía aún más en la posibilidad de remontar el duelo debido a la superioridad numérica y el Atlético debía resistir las embestidas del Celta y tratar de generar peligro de alguna manera.

Iago Aspas vuelve a hacer historia con el Celta
Con ambos equipos de vuelta al césped, el Atlético realizó su primer cambio: Sale Antoine Griezmann para que entre Javi Galán. Era una obligación por la expulsión del central francés, mientras que Giráldez se mantenía con su once inicial.
El equipo gallego continuaba con la presión alta, la cual ha ido incrementando desde el primer tiempo, complicando al Atlético los pases desde el bloque defensivo, además de recibir el balón por muy poco tiempo. Para agitar un poco la segunda mitad, el técnico del Celta movió ficha y cambió a Fran Beltrán por Hugo Álvarez, pero a pesar del cambio el Atlético se defendía en bloque bajo con líneas muy juntas.
Más cambios hizo Giráldez en busca del empate, entrando Aspas y Bryan Zaragoza para tratar de revolucionar el encuentro. El Celta necesitaba más que nunca un gol que le permitiera creer en la remontada y, finalmente, en el minuto 68 un disparo bloqueado por Oblak llegó a las botas de Iago Aspas, quien puso la igualada en el marcador.
El veterano capitán celeste, con el partido de ayer, se convertía en el jugador con más partidos disputados en el Celta de Vigo, alcanzando a Manolo, otra leyenda del club gallego. El tanto del de Moaña supuso un subidón para la afición en Balaídos, que empezó a apretar para que el equipo busque el segundo gol del partido.
El Celta ya dominaba en la posesión del esférico, con un 75% ante un 25% del equipo visitante, pero conforme pasaba el tiempo las energías del conjunto local se fueron agotando y el Atlético lo único que podía hacer era defender el resultado para no convertirlo en un final cruel. Con el pitido final, el Atlético seguía sin conocer la victoria fuera de casa y se marcha al parón en el puesto 5 de la clasificación.




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