El brasileño firma su mejor noche del curso con gol, penalti forzado y liderazgo absoluto en un duelo exigente ante un Villarreal valiente que rozó el empate. Mbappé cerró la cuenta antes de marcharse tocado.

El despertar del 7
El Santiago Bernabéu necesitaba una reacción y Vinicius Jr. respondió. El brasileño fue el alma del Real Madrid, autor del primer gol y del penalti que encarriló una victoria sufrida pero vital para levantar cabeza tras el derbi. Vini volvió a ser ese futbolista indomable, capaz de agitar un partido con una arrancada, una sonrisa o un gesto. En una noche cargada de tensión, el brasileño tiró del carro cuando más lo necesitaba su equipo.
El Villarreal, con su sello competitivo intacto, resistió durante una hora y hasta pudo adelantarse. Mikautadze y Pépé amenazaron de verdad, pero Courtois y los errores de definición evitaron el golpe. Al final, el Madrid sobrevivió al vértigo y al desorden con su fe y el talento diferencial de Vinicius.
El regreso de Valverde y la revolución de los jóvenes
Xabi Alonso volvió a mover el tablero. A pesar del ruido de la semana, apostó por devolver a Fede Valverde al lateral derecho… y el uruguayo le respondió con un despliegue físico descomunal. Ocupó toda la banda, cerró, atacó y hasta regaló medio gol a Mbappé en la recta final.
Junto a él, volvió a apostar por los “meritorios”: Arda Güler, Mastantuono y Ceballos. Ninguno se escondió. El turco combinó bien con Mbappé, el argentino se vació en la presión y Ceballos fue motor hasta su error en la salida, que casi cuesta el empate.
El Villarreal, por su parte, mostró carácter y fondo de armario. Marcelino reservó a Pépé y Mikautadze para el segundo acto y la jugada casi le sale perfecta. Cuando entraron, el partido cambió de ritmo: el conjunto amarillo creyó en la remontada y metió miedo en el cuerpo al Bernabéu.
Vinicius, decisivo en todo
El 1-0 llegó con fortuna, tras un disparo del brasileño que desvió Comesaña. Pero el 7 no se conformó. Siguió insistiendo, provocó la falta, el penalti y hasta la segunda amarilla de Mouriño. Encaró, desbordó y contagió a los suyos. Cuadra Fernández señaló un penalti muy protestado que Vini convirtió con seguridad, cerrando su mejor actuación de la temporada.
El Villarreal recortó distancias con un gran disparo de Mikautadze, pero Mbappé sentenció en una jugada coral con Brahim y Bellingham. El francés, eso sí, se marchó tocado del campo, preocupando a los blancos de cara al próximo compromiso.
Una victoria que cura heridas
No fue el partido más brillante del Madrid, pero sí uno de los más necesarios. Supo sufrir, se sostuvo en Courtois y en el liderazgo de Vinicius, y respondió tras la derrota en el derbi con un triunfo que vuelve a ponerle presión al Barça.
El Real Madrid sigue vivo, más por talento y orgullo que por control. Pero con Vinicius enchufado, todo vuelve a parecer posible en Chamartín.



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