En un derbi vibrante y emocionante en el Metropolitano, el Atlético consigue revertir el resultado en los últimos minutos y se lleva los tres puntos gracias a un infalible Julián Álvarez, quien vuelve a ser de las pocas caras positivas del partido.

Ayer el conjunto rojiblanco se medía ante un Rayo Vallecano que no le tiembla el pulso cuando juega en estadios que asfixian al rival. Los de Íñigo Pérez plasman un esquema de juego que pretende jugar al contragolpe y no encerrarse demasiado a la hora de ir con ventaja en el marcador, sistema que el Atleti sufrió de primera mano en el derbi.
Los tres puntos que salvaron los colchoneros permiten coger un poco de oxígeno para los siguientes duelos luego de una semana «horribilis» ante el Liverpool y Mallorca. Por su parte, el equipo de Vallecas se queda con cinco puntos y se sitúa cerca de los puestos de descenso, lo que significa que el club deberá seguir peleando para evitar un destino cruel.
Julián abre la lata y Chavarría empata
Con el balón ya rodando en el césped del Metropolitano, el Atlético comenzó a atacar el área rival con una buena jugada individual de Griezmann adentrándose en zona de peligro y que detuvo el guardameta Batalla. En el minuto 15 un centro a la portería del Rayo por la banda diestra de Llorente fue rematado por Julián para adelantar al Atlético de Madrid en el luminoso y romper el hielo.
Con este resultado, el Rayo Vallecano comenzó a ganar metros y acercándose a la portería custodiada por Jan Oblak, pero sin muchas ideas y perdiendo claras oportunidades de gol. La primera mitad estaba a punto de extinguirse e Íñigo Pérez ya pensaba en los cambios para dar la vuelta a la tortilla, pero de repente en el minuto 45+1 Pep Chavarría soltó un latigazo imparable que se cuela por la escuadra de la portería rojiblanca y que puso la igualada en el marcador, un gran candidato para ser el mejor gol de la temporada 25/26.

Un gran poder salva al Atlético
Sin cambios al paso por vestuarios, la segunda parte comenzó con el mismo once titular para ambos equipos. El Atlético de Madrid tenía un punto de nerviosismo que no le permitía gestionar bien los ataques. En el minuto 51, un balón mal despejado por Llorente toca en Barrios para habilitar a Isi Palazón el mano a mano con Oblak, pero el esloveno bloqueó el disparo milagrosamente. El conjunto de Vallecas se crecía conforme pasaba el tiempo y el Atlético debía reaccionar cuanto antes moviendo fichas en el banquillo.
Nico González recién entraba al campo y desaprovechó una ocasión clamorosa en el minuto 59 al cabecear un balón que se marchó por poco. En el minuto 75, una jugada polémica donde parecía que Álvaro García estaba adelantado y anotó regateando a Oblak el colegiado en un principio señaló fuera de juego, pero el VAR trazó líneas y determinó que el delantero estaba en posición correcta, avisando al árbitro y este corrigiendo su error y dando por válido el tanto.
El conjunto rojiblanco se veía entre la espada y la pared, pero el equipo reaccionó rápidamente en una jugada de centro que conectaba con Giuliano para portería y que terminó parando Batalla, aunque la araña cazó el rechace para simplemente empujar el esférico y empatar de nuevo el enfrentamiento. Acto seguido, en otra jugada peligrosa del equipo de Simeone el italiano Raspadori le puso el pase de la muerte a Giuliano que acabó topándose con la madera.
El Atleti empujaba y asfixiaba a su rival en el último tercio de campo, que veía como el resultado se le estaba escapando en los minutos agónicos. Hasta que en el minuto 87 de nuevo Julián salió a limpiar las telarañas de la portería del Rayo con un disparo lejano que sorprendía a Batalla y que no pudo hacer nada, un remate de alta factura que remontaba el partido. Con el pitido final, Julián se convirtió una vez más en un superhéroe arácnido que usó su poder con responsabilidad para impedir otro pinchazo del Atlético.




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