El equipo catalán arrolló al balear para clasificarse a cuartos de la Copa Federación en una eliminatoria con muy poca emoción.
Primera parte
Sin apenas tanteo, Bilal Achhiba anotó el 1-0 a los 2 minutos de juego tras el rechace del guardameta a un disparo de Moro Sidibé. Quedó tocado el Formentera, puesto que el Atlètic Lleida atacó con peligro y además, apenas tuvo obstáculos a la hora de combinar con balón. Mientras el cuadro isleño perseguía sombras, su adversario gozó de sucesivas ocasiones de gol.
En el 22′, Rinaldi ingresó en el verde en detrimento de Cristian Tello, que se magulló y el cambio era obligatorio. Acto seguido, un centro teledirigido de Sule Sidibe y cabeceado por Giovanni puso el 2-0 en el luminoso. Poco después, mediante un chut desde fuera del área, Moro Sidibe anotó el tercero de la noche. Así pues, el marcador del Camp d’Esports reflejó un contundente 3-0 antes de llegar a la media hora.
Efectivamente, la eliminatoria estaba sentencia antes del descanso. Prueba de ello, la discreta celebración del tercer gol. La sangría pudo ser mayor al término del primer acto, pero Julen lo impidió atajándole un penalti a Nil Sauret.

Segunda parte
La segunda mitad empezó como acabó la primera, es decir, con el Atlètic Lleida buscando ampliar distancias. Ahora con el ariete Boris Garrós sobre el terreno de juego, que durante el intermedio relevó a Moro Sidibé.
En una transición, SD Formentera recortó distancias en el 53′ por medio de El Ourit. Eso sí, al cabo de un par de minutos, Sauret marcó el 4-1 con un disparo al palo largo a pierna cambiada que emulaba la mejor versión de aquel Philippe Coutinho del Liverpool.
Antes de llegar a la hora de encuentro, Sule Sidibé ganó línea de fondo y asistió a Boris Garrós, que marcó acrobáticamente y forzó una pena máxima en un contraataque donde se plantó mano a mano con el portero. Lo ejecutó su compañero Giovanni, que no perdonó e hizo subir el 6-1 al marcador en el 70′.
La ambición leridana no cesaba y Gabri García fue amonestado con cartulina amarilla al protestar un fuera de juego de los suyos. El entrenador vio de cerca la acción, y bajo su punto de vista no había posición antirreglamentaria.



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