El gallego deslumbra en el estreno europeo y entierra las dudas sobre su fichaje millonario

Una irrupción inesperada
El Real Madrid 25-26 ha comenzado la temporada con buen pie y, entre las caras nuevas, hay un nombre que brilla con luz propia: Álvaro Carreras. El lateral gallego se adueñó de la banda izquierda en el debut de Champions frente al Marsella, firmando un partido imperial tanto en defensa como en ataque. Su actuación no solo disipó las dudas que acompañaron su fichaje, sino que también lo ha colocado como una de las grandes revelaciones del inicio de curso.
El examen Greenwood
El reto no era sencillo: frenar a Greenwood, el jugador más incisivo del conjunto francés. Pese al gol inicial del inglés tras un error de Arda, Carreras le mantuvo bajo control el resto del encuentro. Sólido, fuerte y siempre concentrado, supo alternar contundencia con criterio a la hora de salir con el balón jugado. Una madurez impropia de un debutante en la élite del Bernabéu.
Más que un defensor
Aunque no posee el talento ofensivo de Marcelo, Carreras ha demostrado que también puede ser un recurso desequilibrante. Sus conducciones verticales generan espacios y obligan a las defensas rivales a multiplicarse entre Vinicius, Rodrygo o incluso las caídas de Mbappé a ese costado. Ante el Marsella, cada arrancada suya transmitió autoridad, hasta el punto de hacer olvidar a Mendy —lesionado desde abril— y relegar a Fran García al banquillo.
Cincuenta millones bien invertidos
El precio de su traspaso (50 millones de euros pagados al Benfica) fue motivo de debate durante semanas. Se trataba de una cifra elevada para un lateral con apenas nueve partidos en la sub-21 y sin experiencia en la absoluta. Hoy, ese debate parece extinguido. Carreras no solo ha respondido en el campo, sino que ha superado las expectativas: lo ha jugado todo en Liga y Champions, y su nombre ya suena en las convocatorias de Luis de la Fuente.
De promesa a realidad
Con dos pases clave en su debut europeo y un nivel defensivo que combina intensidad y fiabilidad, Carreras ha enterrado cualquier duda sobre su fichaje. En apenas unas semanas, el gallego ha pasado de ser una apuesta arriesgada a consolidarse como una pieza fundamental del Madrid y candidato a la selección. El futuro del lateral izquierdo en el Bernabéu tiene nuevo dueño, y su apellido es Carreras.



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