De intocable en la zaga blanca a invisible en Liga. El canario vive un presente complicado marcado por la competencia, los errores y los problemas extradeportivos.

Del cielo al suelo en un año
El fútbol no perdona. Hace apenas unos meses, Raúl Asencio era una de las piezas clave de la defensa blanca, aprovechando las lesiones de compañeros y ganándose un sitio a base de minutos. Hoy, tres jornadas después del arranque de Liga, suma cero minutos y su futuro empieza a teñirse de incógnitas.
Huijsen cambia el tablero
El fichaje de Dean Huijsen (59 millones de euros) ha sido un terremoto en la jerarquía del vestuario. El neerlandés se ha convertido en un fijo tanto para el Madrid como para su selección, desplazando a un Asencio que ha visto cómo, además, la recuperación de Militao y Rüdiger cerraba aún más las puertas. Alaba, aunque todavía lejos de su mejor versión, también compite por ese mismo espacio.
El Mundial, un antes y un después
El punto de inflexión llegó en el Mundial de Clubes. La lesión de Rüdiger le abrió la titularidad, pero su rendimiento dejó dudas: un cambio al descanso ante Al Hilal, una expulsión temprana contra Pachuca y un error grave frente al PSG que costó un gol tempranero. A partir de ahí, su figura se fue apagando.
Futuro en el aire
Con una renovación millonaria hasta 2029 firmada hace apenas unos meses, su situación resulta paradójica. El mercado estival le colocó en el radar de clubes turcos, pero el canario sigue en Madrid… aunque sin protagonismo. A todo ello se suman problemas extradeportivos: la Fiscalía pide dos años y medio de prisión por la difusión de un vídeo íntimo de una menor, una losa que añade incertidumbre a su porvenir.
Asencio, que pasó de ser “solución” a convertirse en “problema”, está ahora ante el reto más difícil de su carrera: reconstruirse en un club que no espera a nadie.



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