Samakou ‘Sama’ Nomoko, de la generación del 2008 de La Masía, debutó el domingo con el filial azulgrana y está llamado a ser importante esta temporada con el filial tras la venta de Jan Virgili al RCD Mallorca.

Primeros pasos
Sama nació en Mali un 20 de marzo de 2008 pero se ha criado en España desde que era muy joven. Dió sus primeros pasos en el futbol en la UE Cornellà, pero en el verano de 2016 le fichó el club azulgrana y desde entonces ha superado todo tipo de obstáculos para seguir despuntando en una cantera tan exigente como la del Futbol Club Barcelona.

Llegó a La Masia siendo delantero en el futbol 7 y destacando especialmente por su físico explosivo y su velocidad, pero poco a poco se fue ajustando a la banda donde ha demostrado que tiene un abanico de recursos muy interesantes para un jugador de su perfil.
Diez años en La Masía
Pese a empezar como delantero centro en las categorías inferiores del Barça, el salto al futbol 11 le mandó a la banda donde ha acabado de explotar todas sus cualidades. Ha jugado en ambos perfiles, pero se siente más cómodo actuando de extremo puro, llegando a la línea de fondo a pierna natural y que tiene un gran pie para centrar o finalizar jugada.

El buen hacer del hispano-maliense ya ha atraído a la Federación Española de fútbol, y ha sido seleccionado para los partidos clasificatorios de cara al europeo sub-17 que se jugará en Estonia en 2026, en los que ha destacado metiendo dos goles en tres partidos.
Su rol junto a Belletti
Pese a que el año pasado era jugador del Juvenil ‘B’ con Pol Planas, el entrenador italo-brasileño le siguió de cerca e incluso llegó a debutar tanto en liga como en Youth League con el Juvenil ‘A’ de los azulgranas gracias a sus características diferenciales. Este año ha sido una de las grandes sorpresas durante la pretemporada con el Barça Atlètic, y con la baja (esperada) de Jan Virgili quiere asumir el rol de extremo regateador y explosivo que hasta ahora asumía el de Vilassar de Mar.

Tuvo su primera oportunidad este fin de semana en el debut liguero frente al Porreres y no decepcionó, siendo uno de los jugadores más activos del Barcelona durante el encuentro y volviendo loco a su par con sus cabalgadas y cambios de ritmo. Gozó de la ocasión más clara de la primera mitad con un zapatazo que estampó en el larguero, y pidió penalti en esta jugada en la que acabó siendo derribado tras sacar a bailar a dos defensores del conjunto balear.



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