El Sporting de Gijón afrontaba una de esas noches marcadas en rojo en el calendario. Ochenta y un años después, los rojiblancos regresaban a Ceuta para medirse a un rival que volvía a saborear el fútbol profesional en su estadio tras 45 años sin Segunda División. El Alfonso Murube se vistió de gala, con un ambiente espectacular y una afición local entregada al reencuentro con la élite. Pero la fiesta ceutí se vio truncada por un Sporting que supo imponer oficio y madurez para sumar un triunfo de enorme valor.

El contexto: un duelo histórico
La cita no era un partido más. El Sporting llegaba a tierras africanas con la oportunidad de confirmar su buen arranque de curso y afianzarse en la parte alta. El Ceuta, por su parte, buscaba convertir su regreso a Segunda en un día redondo, demostrando la solidez que le convirtió el año pasado en un equipo prácticamente invencible en su feudo. La expectación era máxima, y el choque no defraudó en intensidad.

El partido: orden y pegada rojiblanca
El Ceuta trató de llevar la iniciativa desde el inicio. Con el balón como bandera y el empuje de la grada, los locales acumularon más posesión, pero les faltó profundidad para hacer daño a la zaga gijonesa. El Sporting, bien plantado en un bloque medio bajo la dirección de Garitano, no se puso nervioso. El técnico ya había avisado en la previa: “Me da igual si la posesión es del 30, del 50 o del 70 %. Lo importante es generar situaciones para ganar”.
Y el guion se cumplió. A la primera ocasión clara, los rojiblancos no perdonaron. Una acción rápida, fruto de la presión alta, acabó en el gol visitante que desniveló la contienda. Un mazazo para el Ceuta, que se vio obligado a remar contracorriente.

El Ceuta apretó, el Sporting resistió
El tanto cambió el escenario. El conjunto local aumentó su ritmo, adelantó líneas y buscó con insistencia el empate. El Sporting dio un paso atrás, pero no perdió el orden. La defensa asturiana respondió con seguridad y el equipo supo sufrir en los momentos de mayor apremio. La solidez atrás, unida a las intervenciones seguras de su guardameta, sostuvieron a los de Garitano cuando más lo necesitaban.
El Ceuta lo intentó hasta el final, pero le faltó precisión en los metros decisivos. El Sporting, con oficio, aguantó las embestidas y fue madurando los minutos hasta cerrar una victoria que refuerza la moral de un grupo que parece haber entendido a la perfección el plan de su técnico.

Victoria de prestigio y puestos de ascenso provisionales
El pitido final confirmó el triunfo y el estallido de alegría en el banquillo sportinguista. No era un partido cualquiera. El Sporting se marcha de África con tres puntos de oro que le permiten dormir en puestos de ascenso directo, un premio merecido al esfuerzo colectivo y a la seriedad mostrada en un campo complicadísimo.
Garitano no escondió la dificultad del encuentro: “El Ceuta hizo una temporada increíble en casa el año pasado, casi no perdió. Aquí va a ser muy difícil puntuar para todos”. Sus palabras reflejan la importancia del triunfo rojiblanco.
Conclusión
El Sporting confirmó en Ceuta que tiene los argumentos necesarios para competir por cotas altas. Supo sufrir, mostró madurez táctica y aprovechó su momento para golpear. Una victoria de carácter que refuerza el inicio de temporada y manda un mensaje claro: este Sporting está dispuesto a pelear por todo.



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