
El francés decide desde los once metros
El estreno liguero del nuevo Madrid de Xabi Alonso se resolvió con lo justo. El conjunto blanco, aún falto de chispa tras la pretemporada, derrotó a Osasuna (1-0) gracias al talento diferencial de Kylian Mbappé, que provocó y convirtió el penalti que selló el triunfo.
El choque dejó pocas ocasiones claras, aunque el Madrid apenas pasó apuros atrás, una mejoría significativa respecto a temporadas recientes. El equipo navarro, bien plantado y disciplinado, resistió hasta el final, pero se marchó sin generar verdadero peligro sobre la meta de Courtois.
Un plan reconocible, pero sin brillo
Xabi Alonso no sorprendió en su puesta de largo. Apostó por Brahim en la derecha, mantuvo la presión alta desde el inicio y ordenó al equipo instalarse cuanto antes en campo rival. La idea se vio clara: agresividad en la recuperación y verticalidad desde Courtois. Sin embargo, la ejecución quedó a medias. El juego fue lento, plano y previsible, más propio de un ensayo veraniego que de un estreno oficial.
Osasuna hizo su parte: bloque bajo con cinco atrás y tres centrocampistas muy juntos, dificultando cada intento de progresión blanca. Así, en media hora de partido, las llegadas más claras fueron de los centrales Carreras, Huijsen y Militao, obligando a Herrera a intervenir.
El resorte: Mbappé
El encuentro cambió tras la pausa para la hidratación. Mbappé empezó a aparecer, rozó el gol en un disparo cruzado y se animó con un remate acrobático. Vinicius también buscó protagonismo, aunque se topó con una defensa firme y un colegiado que desestimó un posible penalti.
La llave del partido llegó tras el descanso: Brahim filtró un balón para Mbappé, que encaró a Juan Cruz y le forzó a cometer penalti. El francés asumió la responsabilidad, engañó a Herrera y estrenó su cuenta en LaLiga con un disparo frío y certero.
Osasuna no se rinde
El tanto obligó al cuadro rojillo a estirarse. Reclamaron un penalti sobre Torró, sin éxito, y se acercaron con peligro en un par de centros que inquietaron a Courtois. Lisci movió el banquillo, buscando velocidad con Víctor Muñoz y frescura en bandas, pero sin encontrar premio.
El Madrid, mientras tanto, vivió de los destellos de Mbappé y la seguridad de su defensa. Vinicius dejó paso a Gonzalo, Carvajal relevó a un discreto Trent y Rodrygo se quedó sin minutos, una decisión que no pasó inadvertida.
Epílogo con polémica
El encuentro murió sin más sobresaltos futbolísticos, aunque el colegiado quiso su cuota de protagonismo. En el añadido, Bretones vio la roja directa por un agarrón sobre Gonzalo que parecía de amarilla. Una decisión exagerada que encendió a los navarros y cerró la noche con debate arbitral.
El Madrid salió airoso de su primer examen. No brilló, pero tampoco sufrió. Con Mbappé como faro y una zaga más fiable, el proyecto de Xabi Alonso arranca con paso corto, aunque firme.



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