
El Paris Saint-Germain se clasificó para las semifinales del Mundial de Clubes tras superar al Bayern de Múnich en un encuentro trepidante, cargado de emociones, polémicas, ocasiones, errores y momentos de genio. Un partido de los que se recuerdan durante años. El equipo de Luis Enrique supo sufrir y aprovechar su oportunidad cuando el duelo parecía escaparse. La figura de Ousmane Dembélé, decisiva en la prórroga, terminó por inclinar la balanza.
Arranque con sello parisino: dominio y presión
El partido comenzó con un claro dominio del PSG durante los primeros 20 minutos. La presión alta del conjunto francés asfixiaba a un Bayern incómodo, que no encontraba salidas. Las primeras ocasiones claras llegaron por medio de Khvicha Kvaratskhelia y Fabián Ruiz, que obligaron a Neuer a emplearse a fondo.
El Bayern solo generaba peligro al contragolpe, con un gran despliegue físico de Michael Olise, que protagonizó la acción más peligrosa de los alemanes en esa fase inicial, obligando a Donnarumma a realizar una espectacular parada.
Intercambio de golpes y protagonismo de los porteros

El partido comenzó a equilibrarse y se convirtió en un festival ofensivo por momentos. En el minuto 31, Kvaratskhelia dejó en evidencia a Upamecano, y de nuevo Neuer salvó a su equipo con una doble intervención de enorme mérito. Dos minutos más tarde, el Bayern se vio obligado a sustituir a Stanisic por lesión; Boey entró en su lugar.
El PSG tenía en Vitinha a su brújula. El centrocampista portugués, campeón de Liga Francesa, Champions League y Nations League, fue el jugador más inteligente sobre el césped: iniciaba el juego, rompía líneas y sabía cuándo acelerar y cuándo pausar.
En el 38′, el Bayern respondió con una gran acción de Kingsley Coman, que desbordó por banda y puso un centro milimétrico que Harry Kane no supo aprovechar. Poco después, Musiala estuvo a punto de marcar tras un pase al hueco de Pavlović, pero nuevamente Donnarumma fue un muro.
Final del primer tiempo frenético y con drama
En el tiempo añadido, Upamecano marcó un gol que fue anulado por fuera de juego. El PSG jugaba al límite, pero con inteligencia táctica. El primer tiempo terminó con una acción dramática: un choque entre Musiala y Donnarumma dejó al alemán lesionado de gravedad. La escena fue tan impactante que el propio guardameta italiano abandonó el campo llorando al descanso.
Segunda mitad: de la superioridad al sufrimiento
La segunda parte comenzó con Gnabry reemplazando a Musiala. El PSG salió mejor: Barcolá tuvo un mano a mano que Neuer salvó con una parada de reflejos. Sin embargo, el Bayern se rehízo rápidamente y empujó a los franceses hacia su campo, generando dudas en la salida de balón del equipo parisino.
En el 64′, otra gran combinación entre Kane y Olise casi acaba en gol, pero la intervención de William Pacho evitó un remate limpio.
Dembele cambia el partido y Doué firma el golazo

El encuentro se mantenía igualado hasta que, en el minuto 70, Dembélé entró por Barcola. El francés revolucionó el ataque del PSG y generó la ocasión más clara del partido nada más pisar el campo: presionó a Neuer, forzó un error, y tras el rebote, remató a puerta vacía… pero el balón salió rozando el poste.
A los 78 minutos, llegó el 1-0: Warren Zaïre-Emery robó en el centro del campo y abrió a la izquierda para Doué, que tras un recorte hacia dentro, soltó un zurdazo que batió a Neuer. Golazo con mayúsculas.
Expulsiones, tensión y locura final
La recta final fue caótica. En el 81′, Pacho fue expulsado por una dura entrada sobre Goretzka, y en el 92′, Lucas Hernández vio la roja directa por un codazo absurdo. Con dos jugadores más, el Bayern se lanzó al ataque.
Sin embargo, el PSG resistió. En el minuto 95, una contra letal terminó con un disparo de Dembélé al larguero. El rechace volvió a caerle y esta vez no perdonó: 2-0 y el billete a semifinales en el bolsillo. El Bayern aún tuvo un penalti a favor en el 98’, pero el VAR lo anuló.
Conclusión: El PSG sobrevive y sigue soñando
Fue un partido de alto voltaje, en el que el PSG pasó de dominar a sufrir, pero acabó ganando con corazón y talento. La figura de Donnarumma, las genialidades de Vitinha, el desequilibrio de Dembélé y el golazo de Doué colocan a los de Luis Enrique entre los cuatro mejores equipos del Mundial de Clubes. Ahora esperan rival: Real Madrid o Borussia Dortmund.
El fútbol fue justo con quien más lo intentó, pero también castigó la falta de puntería del Bayern. Un duelo para el recuerdo en el que el verdadero ganador fue el espectáculo.


Deja un comentario