El uruguayo brilla con luz propia bajo la dirección de Xabi Alonso

No hay jaula que contenga al ‘Pajarito’. Federico Valverde atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera desde que Xabi Alonso tomó el mando. El uruguayo no solo vuela, domina el campo con soltura y una confianza arrolladora. Ni siquiera el penalti fallado ante Al Hilal ha frenado su impulso. Si algo, lo ha convertido en una especie de renacer futbolístico dentro del Mundial de Clubes.

Una actuación total ante la Juventus

Ante la Vecchia Signora no hizo falta que marcara para ser decisivo. Lo fue desde todos los frentes: en la presión, en la conducción, en la intensidad, en la lectura del partido. Capitán y motor del equipo, Valverde se adueñó del césped y firmó una actuación tan completa como contundente. No en vano, fue elegido MVP del encuentro gracias a sus cinco ocasiones generadas, seis recuperaciones, seis remates —cuatro de ellos a puerta— y una presencia constante que desbordaba por todo el campo.

Un centrocampista que juega como delantero

Ningún jugador ha disparado más en este torneo que Valverde. Solo Haaland y Lautaro Martínez, ambos delanteros puros, le igualan. Lo del uruguayo es otra cosa: aparece por sorpresa, interpreta lo que el equipo necesita y ejecuta con una determinación que asusta. Es una pieza clave en el planteamiento de Xabi Alonso, una especie de arma escondida que aparece donde menos se la espera.

La confianza de Xabi y el guiño de Gerrard

El propio técnico lo dejó claro antes del partido: comparó a Fede con Steven Gerrard, una declaración que no fue casual. Lo situó en esa élite reservada a los que sostienen al equipo con carácter y talento. Tras el partido, Xabi lo resumió mejor que nadie: “La vida es más fácil con Fede”.

Un récord que habla por sí solo

Valverde cerró el partido con una sonrisa y una frase que refleja su estado de forma: “Ahora hasta me atrevo a hacer chilenas”. Se siente pleno, indestructible, incluso con el sofocante calor estadounidense y la carga acumulada de la temporada. Ya suma 63 partidos oficiales con el Real Madrid en lo que va de curso, una cifra sin precedentes en la historia del club. No hay mejor apodo para él que su propio presente: constancia, liderazgo y fútbol en estado puro.