Los brasileños prolongan su estado de gracia y se consolidan como uno de los equipos revelación del torneo.

Primera parte: dominio absoluto de los brasileños
El Fluminense sabía que tenía que hacerlo bien si quería sorprender al Inter desde el inicio, y así fue. Los cariocas, tras recuperar el balón en el centro del campo, enviaron un centro al interior del área que parecía destinado a la defensa italiana, pero un despiste provocó que Germán Cano se quedase delante de Sommer completamente solo y, con un testarazo preciso, consiguiera marcar el primer gol del partido en el minuto 3, silenciando a todos los tifosi y dejando claro que el Flu no estaba en octavos para pasearse.

Tras el gol, el Inter intentó reaccionar, pero una defensa férrea liderada por Thiago Silva y una actuación sobresaliente de Fabio neutralizaron los ataques italianos. El partido pasó a ser dominación total de Fluminense, que controlaba el esférico a placer. Esta superioridad se plasmó en el minuto 29, justo antes de la pausa de hidratación, cuando, tras un contragolpe letal, Cano lanzó un fuerte tiro raso que fue detenido por Sommer, aunque el rebote cayó en botas de Jhon Arias, cuyo disparo se fue rozando el palo.
El partido avanzó hasta el minuto 35, cuando René vio la tarjeta amarilla por una entrada innecesaria, lo que le costará perder el próximo partido por acumulación de amonestaciones. Tres minutos después, en el minuto 38, el Fluminense anotó lo que parecía ser el 2‑0, pero fue anulado por fuera de juego de Ignasio tras revisión del VAR, aumentando la frustración en los jugadores brasileños.

Cerca del final del primer tiempo, el ritmo se mantuvo intenso. El Flu seguía presionando sin cesar, dominando la posesión y generando ocasiones, mientras el Inter apenas lograba adelantar líneas. La firmeza de Thiago Silva y la seguridad de Fabio mantuvieron el marcador intacto, dejando la sensación de que el Fluminense tenía el control total de una primera parte casi impecable.
Segunda Parte: reacción insuficiente de los italianos

La segunda mitad comenzó con un Inter mucho más agresivo, decidido a cambiar la historia del partido. Inzaghi hizo un par de modificaciones tácticas buscando mayor profundidad por las bandas, pero el Fluminense supo resistir el empuje inicial sin desordenarse. Thiago Silva siguió siendo un muro en defensa, anticipando cada intento de Lautaro y compañía.
El equipo italiano comenzó a ganar terreno a partir del minuto 60, cuando las transiciones del Fluminense ya no eran tan efectivas y el cansancio comenzaba a notarse en las piernas cariocas. Fue entonces, en el minuto 68, cuando llegó la ocasión más clara del Inter: Lautaro filtró un pase milimétrico para De Vrij, quien logró hacer un disparó con potencia, pero milagrosamente el balón no encontró portería, manteniendo así con vida al equipo brasileño.
Los últimos minutos fueron de auténtico infarto. El Inter volcó todo su ataque en campo rival, mientras que Fluminense apostaba al contragolpe. Cano y Jhon Arias tuvieron oportunidades claras para liquidar el partido, pero el nerviosismo y la ansiedad les jugaron en contra. Cuando parecía que el encuentro acabaría 1-0, llegó el golpe definitivo. En el minuto 93, tras un saque de banda mal defendido por el Inter, la pelota cayó en los pies de Hércules, quien recientemente había ingresado en el campo. El brasileño no dudó y, con un potente remate desde la frontal del área, venció a Sommer, poniendo el 2-0 definitivo y desatando la locura en el banquillo del Fluminense.

Una hazaña histórica
Nadie se podía imaginar al inicio de este torneo que el Fluminense llegaría tan lejos. El equipo dirigido por Renato Gaúcho, con un plantel sin tantas figuras mediáticas pero con una identidad de juego clara, ha logrado lo impensado: imponerse con autoridad ante el subcampeón de Europa como es el Inter de Milán.
Con una mezcla de juventud, experiencia y corazón, el conjunto carioca demostró que el trabajo en equipo, la disciplina táctica y el talento individual —con nombres como Cano, Thiago Silva, Jhon Arias y el propio Fabio— pueden superar cualquier pronóstico. Lo que empezó como una ilusión se ha transformado en una realidad cada vez más posible, que ya forma parte de las páginas doradas del club.
Ahora, tras esta gran victoria, el sueño de avanzar a semifinales está más vivo que nunca. Lo que parecía una travesía improbable, hoy es una realidad cargada de optimismo y orgullo brasileño.



Deja un comentario