El campeón de Europa arrasa en Atlanta con una exhibición implacable en la primera parte

El Paris Saint-Germain no tuvo compasión. En un partido marcado por la enorme diferencia de nivel, el equipo dirigido por Luis Enrique pasó por encima de un Inter Miami desbordado desde el primer minuto. El 4-0 final reflejó con claridad la superioridad táctica, técnica y física de los parisinos, que bajaron la intensidad en la segunda mitad para evitar una humillación mayor.
Messi, impotente ante la avalancha del PSG

Muchos se preguntaron por qué Lionel Messi parecía tan enfadado tras el empate 2-2 frente al Palmeiras en la fase de grupos. Hoy, en el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta, quedó claro: Messi sabía lo que se avecinaba. Con décadas de experiencia en el más alto nivel, el astro argentino intuía que enfrentarse al PSG —actual campeón de Europa— podía resultar desastroso. Y así fue.
Desde el arranque, el Inter Miami mostró fragilidad. La diferencia con el PSG se evidenció en todos los aspectos: colectivo, físico, calidad individual, balón parado y salida de balón. Aunque Messi intentó rebelarse con algunos destellos, Luis Suárez no estuvo acertado y Busquets cometió un error que derivó en el segundo gol.
Una primera parte devastadora del PSG

El partido no tardó en romperse. Apenas al minuto 6, el PSG abrió el marcador con un gol que ya anticipaba lo que vendría. Aunque el Inter resistió durante algunos minutos, el tramo final de la primera parte fue un festival para los franceses:
- Minuto 6: 1-0, gol del PSG tras una jugada de laboratorio.
- Minuto 34: 2-0, error en salida de balón y Joao Neves firma su primer doblete como profesional.
- Minuto 41: 3-0, autogol de Avilés en un intento desesperado de despeje.
- Minuto 44: 4-0, golazo de Achraf Hakimi culminando una contra de manual.
Con Ousmane Dembélé en el banquillo, el PSG dominó a placer. Lo más llamativo fue que el equipo parisino frenó su ímpetu tras el descanso, probablemente por respeto a las leyendas que enfrentaba: Messi, Suárez, Jordi Alba y Busquets.
Una segunda parte más tranquila… y sin goles
Con el marcador resuelto, la segunda mitad fue mucho más relajada. El PSG se dedicó a controlar el partido y dosificarse de cara a los cuartos de final, donde enfrentará a un rival mucho más exigente: Bayern Múnich o Flamengo. Dembélé reapareció tras su lesión, disputando 30 minutos sin demasiado protagonismo, pero con buenas sensaciones físicas.
Mientras tanto, el Inter trató de mantener la compostura. El público pidió a gritos un gol de Messi, que jugó los 90 minutos completos en un ejercicio de dignidad y profesionalismo, tanto suyo como de su entrenador, Javier Mascherano. Aunque no llegó el tanto del honor, al menos el equipo estadounidense logró mantener el 0-0 en el segundo tiempo, un pequeño consuelo dentro de la debacle.
El PSG, favorito absoluto al título
La actuación del PSG no deja lugar a dudas: es el gran favorito para conquistar el Mundial de Clubes. El equipo parisino muestra un nivel físico superior al resto, una plantilla repleta de talento y un técnico que ha sabido darle equilibrio y carácter. Luis Enrique parece haber construido una máquina casi perfecta.
El Inter Miami, por su parte, deberá reflexionar. Aunque ha hecho historia al clasificar a los octavos de final, queda claro que aún está lejos del nivel que se requiere para competir con la élite del fútbol mundial. Fundado apenas en 2020, el club ha crecido rápidamente, pero este partido fue un baño de realidad.
Conclusión: clases muy diferentes

Lo que ocurrió en Atlanta fue más que una goleada: fue una lección de lo que significa competir al más alto nivel. El PSG no solo venció, sino que dominó desde todos los ángulos, dejando claro que está listo para luchar por el título. En cambio, el Inter Miami, lleno de grandes nombres pero sin el ritmo competitivo necesario, aceptó con humildad su lugar.
Para Leo Messi y sus compañeros, esta derrota puede marcar el final de una etapa, o el inicio de una reconstrucción. El tiempo lo dirá. Por ahora, el PSG avanza, imparable, hacia los cuartos de final.


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