Las continuas lesiones del platense, sumado a sus recientes polémicas previas y durante el torneo internacional, han colmado la paciencia de Juan Román Riquelme, actual presidente del club

Están siendo convulsas las últimas horas en Boca Juniors. Con la ‘final’ ante Auckland City en el horizonte, las noticias sobre Marcos Rojo y su futuro dentro del Xeneize están yendo a más con el paso de los días. Varios medios en Argentina dan por hecho que, al finalizar el Mundial de Clubes, el ex jugador del Manchester United abandonará las filas de Boca. Todo ello se ha acelerado en la última semana, durante la celebración del torneo. Pero, no obstante, este rifirrafe entre el jugador y la directiva se remonta muy atrás en el tiempo.
Para empezar, Marcos Rojo aterrizó en La Bombonera en el 1 de febrero de 2021, hace ya más de cuatro años. Pues bien, durante este periodo de tiempo, Rojo perdió una cantidad considerable de partidos debido a sus continuos problemas físicos. Su debut se retrasó hasta finales de marzo de 2021, un mes y medio después de haber firmado con el conjunto Azul y Oro. Esa temporada acabó perdiéndose varios partidos debido a lesiones musculares. En octubre de 2022, el central argentino se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, lo que le mantuvo fuera de las canchas hasta mediados del 2023. De hecho, su vuelta a los terrenos de juego se alargó más de lo esperado debido a un desgarro. A comienzos de 2024 se perdió los diez primeros partidos de la Copa de la Liga y gran parte de la fase de grupos de la Sudamericana por más problemas musculares. En este 2025, pese a haberse perdido varios encuentros, por fin encontró la regularidad que tanto buscaba, convirtiéndose en un jugador muy empleado por Fernando Gago, al que despedirían a finales del pasado mes de abril.
La estancia de Rojo en Boca Juniors tampoco ha estado exenta de polémicas extradeportivas. Tras la derrota ante River el pasado mes de abril, el central de 35 años declaró no estar en deuda con los hinchas del equipo, lo que le conllevó varias pitadas de su afición en los encuentros posteriores pese a sus disculpas. Una vez ya con Mariano Herrón como técnico interino, Rojo se ausentó de un entrenamiento previo a un partido frente a Independiente, lo que provocó que la directiva del club decidiera que ya no jugase más minutos con el Xeneize.
Competencia en su puesto
Marcos Rojo llegó a este Mundial de Clubes, aun así, perfilándose como un jugador importante dentro de la plantilla dirigida, ya por ese entonces, por Miguel Ángel Russo. Sin embargo, rápidamente se pudo constatar que Rojo no era del agrado del veterano técnico, recién aterrizado en el club. Russo esperó hasta las últimas horas antes del debut ante Benfica para ver qué acababa sucediendo con Ayrton Costa, quien finalmente pudo solucionar sus problemas con la visa en EEUU y se unió a la concentración del equipo a escasas 48 horas del estreno en el torneo. Además, el Xeneize incorporó a Marco Pellegrino, defensa central procedente de Huracán, en la fecha límite para fichar jugadores antes del Mundial de Clubes. Marcos Rojo, pese a haber realizado más horas de entrenamiento con los suyos respecto a Costa, terminó sin jugar ni un minuto frente a Benfica en el debut de Boca en el torneo, lo que encendió las alarmas de la prensa argentina respecto a la situación del jugador dentro del equipo y a su relación con Russo.
Ni la expulsión de Figal le abrió la puerta del once titular en el encuentro frente al Bayern, donde Russo apostó por Di Lollo pese a su juventud. De hecho, Rojo tampoco disputó ningún minuto frente a los bávaros. El detonante final llegó al día siguiente. El central se presentó en el entrenamiento al día siguiente, pero acusó unas molestias musculares para no entrenar y Russo lo mandó al gimnasio, algo que no gustó al cuerpo técnico. Pese a haber entrenado con el grupo el pasado domingo, todo apunta a que no ha cambiado nada con su situación y tampoco jugará ante Auckland City, un choque donde no estará Costa por lesión y donde Pellegrino apunta a ser el titular.
Todo parece indicar que la directiva de Boca, con Juan Román Riquelme a la cabeza, esperará a finalizar la participación en este Mundial de Clubes y a volver a Buenos Aires para tratar este tema. Se espera que la negociación sea lo más llevadera posible, sin afectar en exceso a la estabilidad del club. Algunas fuentes locales apuntan que el jugador traerá alguna oferta de otro equipo para marcharse (se habla del Inter Miami), aunque en caso de no llegar a un acuerdo con otro equipo, la mejor solución será una rescisión de contrato. Rojo, que tenía contrato hasta final de año, dejará antes de lo previsto Boca Juniors.
Marcos Rojo ha disputado 118 encuentros con el Xeneize, habiendo ganado cuatro títulos durante su estancia en el club de La Bombonera.



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