Tras una temporada sin títulos, los Dragones aterrizan en Estados Unidos con la ilusión de brillar ante la élite del fútbol mundial.

Una nueva oportunidad para reivindicarse
El Fútbol Club Oporto llega al Mundial de Clubes 2025 con una misión clara: dejar atrás una campaña discreta y demostrar que sigue siendo un referente del fútbol europeo. El conjunto portugués, dirigido por el técnico argentino Martín Anselmi, aterriza este domingo en Estados Unidos, sede del torneo, dispuesto a competir de tú a tú con los mejores equipos del planeta.
A pesar de no haber conseguido levantar ningún trofeo en la temporada 2024-25, el club ha conseguido clasificarse para este prestigioso torneo internacional gracias a su rendimiento continental y a su posición en el ranking UEFA. Junto al Benfica, representará a Portugal en esta nueva edición del Mundial de Clubes, que arranca este domingo con una fase de grupos llena de grandes nombres.
Un grupo exigente con sabor internacional
Los Dragones han quedado encuadrados en el Grupo A, donde compartirán escenario con tres equipos de perfiles y estilos muy diferentes: Inter Miami (Estados Unidos), Al Ahly (Egipto) y Palmeiras (Brasil). Será una prueba exigente para los portugueses, que deberán demostrar carácter, solidez y acierto ofensivo si quieren avanzar a la siguiente fase.
El debut del Oporto se espera con expectación, especialmente por la presencia de jóvenes figuras en el plantel y el estilo de juego dinámico que Anselmi ha implantado desde su llegada al banquillo. El técnico argentino, conocido por su capacidad de adaptación y su enfoque ofensivo, buscará imprimirle al equipo una mentalidad ganadora para superar los retos que plantea este torneo.
Un curso sin títulos pero con talento emergente
En la Primeira Liga, el Oporto finalizó en tercera posición, por detrás de sus eternos rivales, el Benfica y el Sporting de Lisboa. Una clasificación que dejó cierto sabor amargo en la afición, acostumbrada a pelear por el campeonato hasta las últimas jornadas. El equipo mostró irregularidad en momentos clave, lo que le impidió luchar por el título con mayor contundencia.
En Europa, su paso por la Europa League fue aceptable, aunque no alcanzó las expectativas. Tras superar con solvencia la fase de grupos, el conjunto cayó en los playoffs frente a la Roma, un golpe que apagó sus aspiraciones de llegar lejos en el torneo continental. Sin embargo, su rendimiento general en la competición europea y su alta posición en el coeficiente UEFA fueron suficientes para garantizar un billete al Mundial de Clubes.
Samu Aghehowa, la gran revelación
Uno de los grandes motivos de esperanza para el Oporto en este torneo es el excelente rendimiento del joven delantero español Samu Aghehowa, de apenas 20 años. En su primera temporada en Portugal, el atacante ha deslumbrado con su olfato goleador, firmando 25 tantos en total: 19 en la liga y 6 en la Europa League. Su capacidad de desmarque, su velocidad y su eficacia en el área lo han convertido en la gran sensación del equipo.
Además, Francisco Moura, con 4 goles y 11 asistencias desde el carril izquierdo, ha sido uno de los motores del equipo en ataque. También ha destacado el joven delantero Rodrigo Mora, autor de 11 goles que han sido fundamentales para mantener al equipo en la pelea durante tramos importantes de la temporada.
En defensa, la figura de Diogo Costa bajo los palos ha vuelto a ser determinante. El guardameta internacional ha ofrecido seguridad en momentos clave, con paradas decisivas que han evitado derrotas dolorosas y han mantenido viva la esperanza en muchos partidos.

Un torneo para volver a creer
Con una plantilla equilibrada entre juventud y experiencia, el Oporto afronta este Mundial de Clubes como una gran oportunidad para reconstruir su imagen internacional y dar un paso adelante en su proyecto deportivo. Martín Anselmi confía en que el grupo llegue mentalizado y motivado para competir al máximo nivel.
El reto no será sencillo. Delante habrá clubes con estrellas mundiales y estilos contrastados. Pero el Oporto sabe que, en torneos cortos, la mentalidad, la cohesión y el talento emergente pueden marcar la diferencia. Y esta vez, los Dragones quieren rugir más fuerte que nunca.



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