El piloto asturiano protagoniza una espectacular demostración de velocidad a bordo del superdeportivo de calle por las míticas calles del circuito urbano.

Exhibición en pleno corazón del Principado
En el marco del Gran Premio de Mónaco, donde el rugido de los monoplazas forma parte del paisaje habitual, Fernando Alonso ha acaparado todas las miradas al tomar los mandos del Aston Martin Valhalla. Esta vez no ha sido a bordo de su Fórmula 1, sino del nuevo hypercar de la marca británica, un modelo de calle capaz de alcanzar velocidades de infarto.
El viernes, justo antes de que arrancaran los entrenamientos libres, Alonso se subió al Valhalla y lo llevó al límite por el trazado urbano del Principado. Lo hizo con todos los permisos en regla, ya que el circuito estaba cerrado al tráfico y acondicionado para el evento. A diferencia de aquel episodio protagonizado por Alain Prost en 1984 —cuando el francés fue sorprendido a toda velocidad en un coche de calle y terminó ante un juez—, esta vez la exhibición estaba perfectamente organizada.
¿Por qué Mónaco? ¿Por qué ahora?
Aston Martin ha estado completando las últimas pruebas del Valhalla, su nuevo estandarte tecnológico, y qué mejor escenario para presentarlo al mundo que Mónaco, epicentro del lujo y los deportes de motor. Fernando Alonso, que ha estado involucrado en el desarrollo del coche durante año y medio, fue el encargado de mostrar de qué es capaz.
El bicampeón del mundo no solo pilotó el coche, sino que lo hizo sin el mono de competición, con una simple chaqueta del equipo y un casco homologado para carretera. Desde la legendaria Plaza del Casino hasta el túnel curvo, Alonso exprimió cada caballo del Valhalla para demostrar que este modelo no es solo apariencia, sino también rendimiento puro.
El Valhalla: ingeniería de élite
Este Aston Martin es mucho más que un coche bonito. Es el primer modelo de motor central de la marca, y el primero con sistema híbrido enchufable. También estrena el nuevo V8 biturbo de cigüeñal plano, un cambio automático DCT de ocho marchas con doble embrague, y un sistema híbrido compuesto por un motor térmico de 828 CV y tres motores eléctricos que suman otros 251. El resultado: 1.079 CV y un par de 1.100 Nm.
Gracias a estas cifras, el Valhalla acelera de 0 a 100 km/h en solo 2,5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 350 km/h. Todo ello desarrollado en colaboración con Aston Martin Performance Technologies, el brazo técnico del equipo de Fórmula 1, que ha prestado su experiencia en aerodinámica, dinámica y materiales.
Un supercoche con alma de circuito
Tras la vuelta, Alonso compartió sus sensaciones:
“He seguido este proyecto muy de cerca durante los últimos 18 meses, y mostrar la capacidad dinámica del Valhalla este fin de semana es un momento increíble tanto para mí como para la marca. Es un coche que combina el lujo de Aston Martin con la tecnología más avanzada inspirada en la F1. Tiene potencia, tiene precisión, pero sobre todo transmite esa emoción única que uno espera al ponerse al volante de un coche así”.
El Valhalla no es solo una promesa, es una realidad. Las primeras entregas están previstas para este verano, y solo 999 unidades llegarán a manos de clientes —todos ellos ya con nombre y apellido—. El espectáculo ofrecido por Alonso no ha hecho más que aumentar las expectativas.



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