
El Madrid golpeó primero y asustó
El Clásico que marcaba el desenlace de LaLiga tuvo un guion inesperado por momentos. El Barça acabó imponiéndose en Montjuïc (4-3) y acaricia el título, pero el Real Madrid dejó fases de buen juego, intensidad y pegada que invitan a pensar que no mereció irse de vacío. El equipo de Ancelotti fue eficaz, sí, pero no arrasó. Supo aprovechar mejor los errores del rival.
El conjunto blanco salió con las ideas más claras. Durante la primera media hora, el Madrid fue más vertical, más profundo, más claro en sus intenciones. Kylian Mbappé, siempre presente en las grandes citas, forzó un penalti tras un error de Cubarsí y luego amplió la ventaja tras una gran jugada junto a Vinicius. Un 0-2 que descolocó al Barça y dejó tocado al estadio.
El Barça castigó los errores blancos
Sin embargo, el Madrid se echó atrás. Como si el marcador ya fuese definitivo, Ancelotti apostó por contener en lugar de seguir imponiéndose. Ese repliegue fue aprovechado por los azulgranas, que ajustaron la presión, encerraron al rival y comenzaron a empujar. Primero con el tanto de Eric García, luego con un gran disparo cruzado de Lamine Yamal, y finalmente con dos zarpazos de Raphinha antes del descanso que hundieron a un Madrid desconectado atrás.
En apenas quince minutos, el Barça le dio la vuelta al partido aprovechando cada error defensivo blanco. Ni las ayudas en banda ni el orden en la zaga fueron suficientes para contener a un equipo que, sin dominar del todo, sí supo sacar petróleo de cada oportunidad.
Reacción tardía de los de Ancelotti
La segunda parte mostró una versión más competitiva del equipo blanco. Con Modric y Brahim en el campo, el Madrid volvió a tener balón y generó peligro real. Mbappé marcó el tercero tras una gran asistencia de Modric, y Víctor Muñoz pudo empatar en un mano a mano que rozó el poste. Szczesny también salvó otra ocasión clara en una contra de Kylian.
El tramo final fue del Madrid, que rozó el empate con más corazón que orden. El Barça, por su parte, vio cómo se le escapaba el control del partido durante unos minutos, obligado a sufrir más de la cuenta.
El campeón supo sufrir, pero no arrasó
El árbitro, Hernández Hernández, también fue protagonista. No señaló un penalti por mano de Tchouaméni que, tras revisión del VAR, decidió no castigar. Una decisión polémica que dejó cierta tensión en el ambiente.
En definitiva, el Barça se lleva tres puntos clave y deja la Liga prácticamente cerrada. Ha sido el más constante del campeonato, aunque este último duelo reflejó que, incluso en la derrota, el Madrid aún tiene argumentos futbolísticos que merecen algo más. La etapa de Ancelotti acaba sin títulos, pero con momentos —como este primer tramo de Montjuïc— que demuestran que el equipo aún tiene alma.



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