El presidente azulgrana presenció el partido entre la afición del Inter, lejos de un palco privado

La noche del martes en Milán no fue una más para el FC Barcelona. A la decepción deportiva tras quedarse a las puertas de la final de Múnich se le sumó un episodio incómodo que afectó directamente a la comitiva del club catalán, encabezada por Joan Laporta.
Marciniak, en el centro de la tormenta
El conjunto azulgrana acabó profundamente molesto con el arbitraje del polaco Szymon Marciniak, señalado por decisiones que desquiciaron tanto a los jugadores como al cuerpo técnico. En los días posteriores, desde el vestuario hasta la directiva, no han escatimado en críticas hacia el colegiado, al que muchos dentro del club apuntan como uno de los responsables directos de la eliminación. Las lágrimas del resultado se mezclaron con la frustración por lo que consideran una injusticia sobre el césped.
Una ubicación que no gustó
Por si fuera poco, la organización del Inter tampoco colaboró a aliviar la tensión. Lejos de ofrecer un palco privado, el club milanés ubicó a la delegación culé en una zona de grada, rodeada por hinchas locales. Laporta, varios directivos y Joao Félix tuvieron que salir de la sala VIP para instalarse entre el público, una situación inusual en partidos de esta envergadura.
Durante el encuentro, vivieron momentos incómodos con insultos constantes desde sectores de la afición interista, e incluso un intento de acercamiento por parte de un seguidor que fue contenido por la seguridad del estadio.
Celebraciones breves y un final amargo
Pese al ambiente hostil, el tercer gol azulgrana desató una celebración efusiva entre los miembros del club. Abrazos, gestos de alivio y esperanza se dejaron ver en televisión, aunque la alegría fue efímera. El resultado final acabó borrando cualquier atisbo de ilusión y dejó paso a una oleada de lamentos que aún resuenan en el entorno barcelonista.
Una noche para el olvido en la que, más allá del marcador, el Barça terminó sintiéndose fuera de lugar tanto en el césped como en la grada.



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