El equipo universitario cae en el Barris Nord ante un Lleida que se aferra a la permanencia
Según la RAE: menuda, de pequeño tamaño, insignificante. Es la palabra perfecta para definir la temporada del UCAM Murcia. Una temporada algo menuda. Y no por su plantilla, muy dotada de talento individual, sino por su rendimiento colectivo. Seguramente, ese sea el problema. Esa ausencia de colectividad es, sin duda alguna, el principal inconveniente que atormenta al conjunto pimentonero este año. Pequeños atisbos de juego en equipo que van y vienen durante la temporada, los cuales no son suficientes para poder llegar a play-off, objetivo principal que se espera de estos jugadores. Este último partido ha sido el ejemplo perfecto de una temporada que, seguramente, no aspire a más que a una simple, a la par que insuficiente permanencia.

Un inicio que deja mucho que desear
Los universitarios comenzaban el encuentro con fuerte desgana, anotando únicamente 11 y 12 puntos en el primer y segundo cuarto, respectivamente. La falta de intensidad y acierto, sumado al consentimiento de canastas fáciles del Hiopos Lleida, dieron como resultado una desternillante diferencia de doce puntos a la llegada del descanso, en favor del equipo catalán. Las principales espadas del ataque pimentonero, Dylan Ennis y Rodions Kurucs, se despojaron de esa esencia característica que les ha acompañado a lo largo de toda esta temporada, mostrando una de sus caras menos acertadas y dejando conjuntamente un -14 de +/- en pista. Cinco balones perdidos del letón y la falta de contundencia defensiva por parte del canadiense denotan esa desmotivación en el juego que aqueja al UCAM Murcia partido a partido.

Una remontada con nombre y apellidos
Ante la desaparición de DJ Stephens y el rumbero Jonah Radebaugh, la personificación del tercer Antetokounmpo, de nombre Kostas, como imagen del ansia por ganar un partido asequible para el equipo murciano, dio un vuelco a la situación de desgana colectiva que arrastraban los universitarios al descanso. Sus 13 puntos, con un 100% de eficiencia en tiros de dos, su eficacia a ambos lados de la pista y la vehemencia e insistencia por reducir la diferencia de puntos que adelantaba a los catalanes, determinaron el inicio de un intento de remontada que, por desgracia y a pesar de entonar a todo el equipo, encontrando esa colectividad que inicialmente había desaparecido, se quedó en eso. Tan solo un “intento de remontada”. El otro héroe del conjunto murciano fue el sueco Ludde Håkanson, quien mantuvo el nivel de actuación muy arriba en todo momento. Sus números lo reflejan: 23 pts con un 50% desde el perímetro y un 23 de valoración.

Desesperación ¿una causa con solución?
La regularidad en el juego colectivo es algo que Sito Alonso debería trabajar junto a sus jugadores. Esa colectividad característica de ese UCAM de la temporada anterior, la cual le llevó a finales de liga, se ha perdido entre los vericuetos de una plantilla repleta, innecesariamente, de talento individual. La clave irrefutable para que los universitarios vuelvan a la senda de la victoria, sin duda alguna, es conseguir de nuevo lo que en la temporada 2024/2025: regularidad y conciencia de grupo. Aspectos del juego indispensables para acabar con la desesperación murciana.



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