Se cumplen 31 años del accidente que acabó con la vida del legendario piloto brasileño en el circuito de Imola, Italia.

Han pasado más de 30 años desde aquel fatídico fin de semana del 29 de abril al 1 de mayo del Gran Premio de San Marino (Imola, Italia) de 1994, en el que fallecieron Roland Ratzenberger (en la clasificación) y Ayrton Senna, uno de los mejores pilotos de la historia que ha pasado por la F1, considerado el piloto más rápido en lluvia de la historia.
Fue un fin de semana que será difícil de olvidar para todos los amantes del motor y, en especial, para los fanáticos de Ayrton Senna, ya que veían cómo su ídolo perdía la vida en la vuelta siete del Gran Premio de San Marino en la curva de Tamburello de manera cruel. Los frenos del Williams que pilotaba Senna fallaron, provocando que se estrellara a más de 305 km/h contra un paredón de cemento, lo que hizo que la rueda derecha del monoplaza se desprendiera del coche, haciendo que un brazo de suspensión de la misma rueda le atravesara el casco y le provocara fracturas en el cráneo. Se mantuvo inconsciente y fue trasladado al hospital de Bolonia, donde, tras estar unas horas en coma inducido, se confirmó su muerte cerebral, sin duda una de las mayores tragedias para el mundo del motor.
Vídeo del accidente:
Después de aquel fatídico fin de semana para todos los amantes de la F1, la Federación Internacional del Automovilismo (FIA) empezó a investigar tanto el accidente de Ratzenberger (parecido al de Senna) como el de Ayrton Senna. Es por ese motivo que implantaron nuevos sistemas en los coches para aumentar su seguridad, sobre todo en los brazos de suspensión de las ruedas, ya que esa fue la principal causa de la muerte de Senna. Por otro lado, modificaron los alerones para, de cierto modo, ralentizar los monoplazas; además, el reglamento hizo que los cascos pasaran a aguantar una fuerza de 100 millones de newtons de fuerza, que equivale a colocar una masa de 10.000 toneladas sobre el casco del piloto. También realizaron una mayor preparación en caso de accidente para los comisarios y médicos, con el fin de atender a los pilotos después de un accidente y así proporcionar más seguridad al propio piloto en caso de estar grave.
Aunque pasen los años, Ayrton Senna siempre será recordado por todos los que amamos este deporte y también por los que admiraban su forma de conducir, los mundiales que ganó, aquel Gran Premio de Mónaco de 1984 en el que mostró el porqué le llaman «El Dios de la lluvia» y, por supuesto, su gran rivalidad en McLaren con su compañero de equipo Alain Prost. Además, cada primero de mayo y cada vez que se celebra el Gran Premio de Brasil, se le hace un gran homenaje. Incluso tiene una estatua en su honor justo al lado de la curva de Tamburello, donde perdió la vida. Sin duda, un gran símbolo de su legado que, a pesar del tiempo, todavía perdura y continúa a día de hoy, con la creación del Instituto Ayrton Senna el 20 de noviembre de 1994, seis meses después del fatal accidente que sufrió Senna en San Marino.

El Instituto fue creado por su hermana, Viviane Senna, pero dos meses antes de la muerte del piloto brasileño, este y su hermana empezaron a hablar sobre comenzar este proyecto, aspecto que deja ver que el piloto brasileño siempre se ha preocupado por el bien de las otras personas, poniendo incluso en riesgo su vida, como por ejemplo ocurrió en el Gran Premio de Bélgica de 1992, cuando Erik Comas impactó contra el muro de contención, quedando inconsciente y con el pedal del gas apretado, una situación muy peligrosa, es por ello que Senna se detuvo, apagó el coche, evitó el incendio y pudo salvarle la vida a su amigo.
Hoy en día el instituto Ayrton Senna es una organización no gubernamental brasileña, destinada a ayudar a crear oportunidades para el desarrollo humano de los jóvenes brasileños en cooperación con empresas, gobiernos, municipios, escuelas, universidades y ONG. Desde su creación en 1994, la organización ha invertido 80 millones de dólares en programas y acciones sociales en colaboración con otras empresas y ONG.



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