El equipo dirigido por Italiano está superando las expectativas que marcó Thiago Motta la temporada pasada cuando logró clasificar al club a la primera Champions League de su historia

La temporada en la Serie A italiana está siendo de lo más interesante dentro del fútbol europeo. La igualada lucha por el Scudetto entre Inter y Napoli es el aliciente principal de una liga en la que todas las peleas siguen abiertas, no como por ejemplo en la Premier League, donde ya está más que decidido quién saldrá campeón y qué equipos descenderán. La lucha por el descenso en Italia, quitando al Monza de la ecuación, sigue muy abierta entre Empoli, Venezia, Lecce, Hellas Verona y Cagliari. Pero detrás de todas ellas, la pelea por la clasificación a la próxima Champions League permanece más que caliente.
Con Inter y Napoli ya muy alejados, los clásicos equipos italianos son los candidatos para completar las otras dos plazas restantes que dan acceso a la máxima competición europea a nivel de clubes. Atalanta, Juventus, Roma, Lazio y Fiorentina aún tienen opciones reales de lograr este objetivo. Sin embargo, estos tendrán que pelearse con un nuevo rival que está empezando a dar mucha guerra en la parte alta del campeonato desde la temporada pasada: el Bolonia de Vincenzo Italiano.
Reconstrucción desde los banquillos
El conjunto rossoblù, que ya logró ejecutar una gesta histórica la temporada pasada con Thiago Motta clasificándose a su primera Champions League, va camino de repetir la hazaña del año pasado. Esta vez, con un técnico distinto. Thiago Motta se marchó a la Juventus de Turín el verano pasado y la directiva del Bolonia tuvo que trabajar para traer a un Italiano que venía con la misión de asentar a un equipo que había perdido a sus mejores jugadores entre los mejores equipos de Italia. Cabe recordar que el Bolonia vendió a tres de sus principales baluartes el verano pasado. Calafiori se marchó al Arsenal, Zirkzee al Manchester United y Arnautovic al Inter de Milán. La suma de estos tres traspasos ascendía hasta los 100 millones de euros. Un montante más que suficiente para tratar de reforzar la plantilla, aunque esta fuera a perder calidad diferencial inevitablemente.
Italiano, antes de llegar a Bolonia, había tenido buenas temporadas al frente de equipos de Serie A. En el Spezia logró el ascenso a la élite del fútbol italiano en 2020 y lo mantuvo en la categoría al año siguiente siendo un claro candidato al descenso. Su trabajo allí le valió para fichar por la Fiorentina en 2021. Tras un séptimo puesto en la 21/22, la Fiorentina accedió a disputar la Conference League, en la cual logró ser finalista, mientras que en liga lograba un octavo puesto. Casualmente, la temporada siguiente fue igual. La Fiorentina volvía a caer en la final de la Conference League frente a Olympiacos y en Serie A mantuvieron ese octavo lugar.

Este desempeño en un club importante en Italia como la Fiorentina llamó la atención de un Bolonia donde la sombra de Motta parecía que iba a ser muy difícil de superar. De hecho, la temporada no empezó nada bien para Italiano. Su equipo era 13º en la octava jornada de campeonato. Seis empates, con solo una victoria y una derrota, era el bagaje hasta ese momento de un Bolonia en el que los fichajes todavía no terminaban de arrancar. Sin embargo, con el paso de las jornadas, la dinámica comenzó a mejorar. El fútbol de posesión de Italiano (tercer equipo del campeonato que más posesión media tiene en sus partidos) comenzó a asentar las bases de un equipo que recobró la confianza a partir de un triunfo sobre el Milan en la novena jornada de liga. Esta buena racha duró hasta finales de diciembre. Entre enero y febrero, el equipo rossoblù registró un balance de tres victorias, cuatro empates y dos derrotas. Pese a ello, siempre se mantuvo en la séptima plaza, muy cerca de los equipos en puestos de Europa League.
En esta situación llegó la mejor racha de la temporada del Bolonia. Desde marzo, solo han perdido un encuentro (2-0 vs Atalanta), con seis victorias (cinco seguidas) y dos empates en los demás encuentros. Partidos que ejemplifican a la perfección lo difícil que es jugar frente al conjunto de Italiano son la goleada por 5-0 a la Lazio o el reciente 1-0 frente a un Inter que sigue peleando por el Scudetto. En estos momentos es 5º con 61 puntos, a solo 1 de la Juventus que se sitúa cuarta y a cuatro de la Atalanta, tercer clasificado. No obstante, la pelea por debajo tampoco se queda corta. Roma, Lazio (ambos con 60 puntos) y Fiorentina (59) acechan muy de cerca al Bolonia. El empate en la última jornada frente a Udinese ha frenado la dinámica de un equipo que venía como un tiro. Y pueden pagarlo muy caro.
El calendario que le resta a los de Italiano en las últimas cuatro jornadas es de aúpa. Este fin de semana se enfrentan nada más y nada menos que a la Juventus, rival directísimo por entrar en los puestos Champions. Eso sí, lo hace en un Stadio Renato Dall’Ara donde el Bolonia solo ha perdido un encuentro de liga en toda la temporada. Pero la cosa no acaba ahí. En la jornada 36 viajarán a San Siro para enfrentarse a un Milan que, pese a estar firmando una temporada decepcionante, todavía mantienen opciones de colarse en puestos europeos (9º con 54 puntos). En la penúltima jornada de campeonato viajarán hasta Florencia para enfrentarse a otro rival directo en la lucha por Europa como la Fiorentina. Eso sí, en el caso de que consigan depender de sí mismos en la última jornada, tendrán un final de liga algo más apacible, a priori. Reciben en casa al Genoa, 13º clasificado en estos momentos y fuera de cualquier pelea a estas alturas de temporada. Pero insistimos que, para llegar a ese punto, tendrán que superar tres peajes decisivos de la temporada.
Decepción en Champions y sorpresa en la Coppa Italia
La histórica campaña del Bolonia no solo se limita a su rendimiento en Serie A. Los rossoblù han disputado, por segunda vez en su historia, la máxima competición europea a nivel de clubes. El conjunto boloñés, que partía como uno de los candidatos a entrar en los puestos de acceso al play off de la fase de liga de la Champions League, pecó de novato en una competición donde el saber estar y la experiencia son algo más que un grado. Los de Italiano apenas sumaron 6 puntos de 24 posibles en sus 8 enfrentamientos. Cuatro derrotas, tres empates y solamente un triunfo fue el bagaje de un equipo que, sin tener uno de los calendarios más complicados, solo fue capaz de ganar al Borussia Dortmund en la séptima jornada.

Quizás la eliminación prematura en Champions hizo que el Bolonia se centrara antes de lo pensado en las competiciones domésticas. Eso ha provocado que el equipo, con un calendario algo más relajado, haya llegado mejor físicamente a este último tramo de temporada. Y vaya si se está notando. Además de ser 5º en liga, el Bolonia se ha ganado la posibilidad de tocar metal esta temporada. Tras derrotar al Monza en octavos, a la Atalanta en cuartos y al Empoli en un doble enfrentamiento en semifinales, los de Italiano disputarán la final de la Coppa Italia el próximo 14 de mayo en el Olímpico de Roma frente al Milan, rival con el que se medirán en liga apenas cinco días antes. El Bolonia, de esta forma, tendrá una gran oportunidad para levantar un trofeo que solo ha ganado dos veces previamente, la última hace más de 50 años.
Los nombres propios del Bolonia de Vincenzo Italiano
Este equipo se ha caracterizado por ser un gran bloque durante toda la temporada, pero Italiano ha logrado potenciar a varios jugadores están resultando claves para el rendimiento del cuadro rossoblù.
En primer lugar, la pareja de centrales. Sam Beukema y Jhon Lucumí han sido los titulares más habituales en la zaga de un equipo que es el sexto que menos goles ha encajado (37) del campeonato. La temporada de ambos jugadores, superando los 3.000 minutos este año, no está pasando desapercibida en Europa. En las últimas semanas se han vinculado el nombre de los dos jugadores para reforzar la zaga del Atlético de Madrid. Pese a no haber aportado cifras goleadoras al equipo (apenas un gol de Lucumí), la salida de balón tanto del neerlandés como del colombiano están siendo claves en la propuesta de juego asociativa del técnico italiano.
En el lateral izquierdo, Juan Miranda, ex jugador del Real Betis, está realizando una gran campaña en Bolonia. Con 35 partidos disputados esta temporada, el defensa español es el máximo asistente del equipo con 6 pases de gol. Siempre ha sido un lateral con buena proyección ofensiva y con un destacable golpeo de balón, siendo un habitual en el lanzamiento de las jugadas a balón parado.
En el doble pivote, Italiano ha alternado a varios jugadores. Pero quien siempre ha estado es Remo Freuler. El centrocampista suizo, que ya realizó grandes campañas en la Atalanta de Gasperini, está siendo el timón del equipo, tanto en ataque organizando como en defensa recuperando balones (4.1 recuperaciones por partido). A su lado se han alternado, en la mayoría de los partidos, tanto Michel Aebischer (perfil más defensivo) como Pobega o Lewis Ferguson. El escocés, que se ha perdido varios tramos de la temporada por lesión, ha retrasado algo su posición respecto a otras temporadas para tratar de mejorar las posesiones de su equipo en ataque, siendo una amenaza desde segunda línea.

En tres cuartos de campo hay que destacar varios nombres. El primero es Riccardo Orsolini. El capitán de este equipo está firmando su mejor temporada partiendo desde el costado diestro. Orsolini lleva, a estas alturas de temporada, 14 goles y 4 asistencias, siendo el máximo goleador del Bolonia esta campaña. En esta línea también tenemos a otros nombres propios. Dan Ndoye, partiendo casi siempre desde uno de los costados, y Jens Odgaard desde una posición algo más retrasada a la del punta, son dos de las mayores amenazas en ataque de este Bolonia. 14 tantos y 10 pases de gol suman el danés y el suizo, que ya hizo una gran actuación con la selección de Suiza en la pasada Eurocopa.
En la posición de ‘nueve’, Italiano ha alternado entre sus dos delanteros principales. Santiago Castro, el más habitual con más de 2.500 jugados, ha marcado 10 goles y ha repartido 5 asistencias. El argentino, que llegó al club italiano el pasado verano por algo más de 13 millones, ha explotado esta temporada tras la salida de un Joshua Zirkzee que acaparó las portadas el año pasado. Y cuando Castro no ha estado disponible, en su lugar Italiano ha podido alinear a otro gran delantero. El neerlandés Thijs Dallinga, que llegó a cambio de 15 millones procedente del Toulouse francés el pasado verano, terminó la temporada pasada con 19 tantos en su haber. Esta temporada, pese a haber disputado una cantidad de minutos mucho menor (1.617) lleva 6 tantos y una asistencia a estas alturas de temporada.
Con el rendimiento que está mostrando desde la pasada temporada, es inevitable retrotraerse a campañas pasadas y recordar cómo la Atalanta de Gasperini fue, año a año, haciéndose un hueco en la parte alta del campeonato italiano, siendo a día de hoy un fijo en Champions y vigente campeón de la Europa League. El Bolonia tiene ahí un ejemplo muy inspirador para construir un proyecto a largo plazo con el objetivo de asentarse en la élite del fútbol en Italia. No será nada fácil, desde luego, pero la inercia que lleva este club es propia de una institución que no para de crecer. Veremos de lo que son capaces estos años venideros.



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