El Barça se lleva en el último minuto un loco partido ante el Celta que durante muchos momentos fue superior a los culés que llegaron a ir perdiendo por dos goles debido a múltiples errores defensivos. Los cambios sacaron a los locales del lío y tienen el alirón un paso más cerca.
Sábado por la tarde, cuatro y cuarto de una esplendorosa tarde de primavera el contexto ideal para ver este Barça-Celta que siempre depara emoción, incertidumbre, goles y sobre todo suspense. El encuentro de hoy no ha defraudado pues hasta 7 han sido los tantos que se han cantado, tres de los gallegos y cuatro de los catalanes que se han llevado la victoria con un agónico penalti sobre la bocina
Los «7» como protagonistas del primer acto
Durante todo el partido el intercambio de golpes ha sido constante, ya sea por la fragilidad defensiva de ambos conjuntos o por la finura de sus delanteros, sea como fuere, el Barça ha tomado ventaja en el marcador tras una rápida jugada individual de Ferrán Torres en el minuto 11 en la que ha ido sorteando rivales hasta incrustar el balón en el palo largo de Guaita con un disparo seco y bajo, lo que significaba el décimo gol del tiburón de Foios.

Ferrán celebra el 1-0 con la mano en la oreja/ LaLiga
Apenas tres minutos después, Pablo Durán en una de sus incontables internadas por banda ha aprovechado la ausencia de Gerard Martín para poner un centro raso que Szczęsny no acertó a despejar, lo que dejó el cuero a los pies de Borja Iglesias que solo tuvo que empujar el primero de la tarde para el panda.
De ahí al entretiempo el Celta siguió exigiendo a «Tek» mientras que las acometidas culés eran paradas con facilidad por los chicos de Claudio Giráldez.
Borja Iglesias reina entre el caos defensivo rival
Tras el paso por vestuarios el Barça buscaba instalarse en campo contrario a través de líneas muy adelantadas y una fuerte presión algo a lo que los celestes respondían con orden defensivo y con las contras como gran baza.
Esto último quedó patente en las dos dianas que lograron en apenas 10 minutos que nacieron a partir de un balón largo, que pillaba a la defensa culé totalmente desubicada y que siempre presentaba al mismo protagonista a las puertas del gol, Borja Iglesias Quintás.

Borja Iglesias celebra uno de sus goles en Montjuic/ X @RCCelta
El punta gallego tuvo en Montjuic una de sus tardeas más prolíficas en Primera, firmando un hat-trick que saca a relucir su amplio catálogo, el primero es puro instinto y colocación para estar en el sitio idóneo y empujar el balón, su segundo gol fue un ejemplo de velocidad y colocación en el disparo, después de aprovechar una salida en falso de De Jong y una tardía ayuda defensiva la mandó a guardar con un potente disparo al palo largo que hizo estéril la estirada de Szczęsny
Y apenas 10 minutos después, otro nuevo pelotazo en largo alcanzó al «7» olivíco libre de marca y perfectamente habilitado para definir mano a mano de forma tranquila y certera, completando su triplete particular.
Los cambios de Flick como antídoto al descontrol
Cuando peor pintaba la situación para el líder de LaLiga EASports, el estratega alemán decidió agitar el árbol y meter a Lamine y Dani Olmo en el campo, este último puso el 2-3 en el marcador después de una veloz jugada combinativa entre Lamine, Lewandowski y Rapinha que dejó al catalán solo para definir con un tiro cruzado y devolver la esperanza al Barça a falta de 25 minutos del final.

Dani Olmo choca la mano con Rapinha que lleva el balón en la mano tras marcar el empate/ X @FCBarcelona
A partir de aquí la energía y la necesidad han contagiado a los jugadores culés y los nervios y la confusión a los gallegos, que tan solo en 6 minutos habían pasado de ganar el partido a ver otra vez las tablas en el luminoso, todo gracias a un medido centro de Lamine Yamal que ha encontrado en la cabeza de Rapinha el vehículo para llegar a la red, quedaban 20 minutos y toda táctica y cordura se habían esfumado, era un partido que había que jugar con el corazón.
Un descuento de locos desata el frenesí en Montjuic
La recta final del partido fue un continuo ida y vuelta, donde Mingueza falló el gol de la victoria visitante en el área pequeña a las puertas del descuento, justo a partir de aquí los jugadores de ambos equipos empezaban a mostrarse sobre exitados, fuera del partido y protestando lo más mínino.
Entre tanto Yoel Lago con una patada dentro del área sin balón a Dani Olmo a la altura del talón, desataba la rabia en el banquillo culé que reclamaba a gritos una revisión del VAR, revisión que acabó llegando y corroboró la pena máxima a favor del Barça.
Rapinha con una carrera lenta y marcada por una paradinha chutaba a su derecha y aunque Vicente Guaita adivinó la trayectoria del balón, el gol subía al electrónico en el 97 desatando la locura en la grada y en el césped una vez llegó el pitido final.

Rapinha celebra el gol de la victoria con los puños apretados/ X @FCBarcelona
Hoy el Barça le da un golpe de efecto a la liga pero se muestra más frágil que nunca atrás, justo a las puertas de una final de Copa con el Madrid y las semis de Champions ante el Inter, equipos que con espacios son filones.



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