Numerosas grandes actuaciones que nos ha dejado el delantero español Paco Alcácer, con una intrahistoria de lo más cruel en el panorama futbolístico nacional. Un joven debutante que pierde a su padre horas después de cumplir su sueño, es el rastro que irreparablemente hirió de por vida a Paco Alcácer.
Un sueño bañado en pesadilla
Agosto de 2011, Mestalla, lugar de gestas antológicas que abría los brazos a un joven canterano del Valencia que llegaba de ganar la Eurocopa Sub 21 con su selección anotando dos goles en la final. Él era Paco Alcácer, un chaval talentoso con todo un futuro por delante que posteriormente haría historia por donde pasara. Un joven especial, con aires de estrella que se presentaba ante toda una afición muy exigente a la que no pensaba defraudar.

Paco cumplía su sueño. Se había convertido en uno de ellos, un delantero distinto que recalaba en el primer equipo del Valencia al que iban a homenajear en su primer encuentro vistiendo la elástica ‘ché’. Su aparición estelar en aquel partido de pretemporada no pudo ir mejor, anotando así el primer gol con el equipo de su vida en el rato que pudo disfrutar sobre el césped.
Lo que parecía la noche perfecta para un joven Paco Alcácer con todo por demostrar, se iba a transformar en el infierno en La Tierra. Al salir del estadio, su padre cayó desplomado sufriendo un infarto al corazón. Paco, al ver como la vida le arrebataba lo más importante para él, lo abrazó como nunca para pocos minutos después verlo morir entre sus brazos. Episodio agónico para solamente un joven canterano del Valencia al que la vida le convirtió su mayor sueño, en una horripilante pesadilla.
Paco nunca lo olvidará
El varapalo sirvió como resorte para un futbolista que solo empezaba su carrera. Paco Alcácer haría que su apellido resonase en todos los estadios de Europa marcando goles inolvidables con sellos únicos. Pero todos ellos tenían algo en común, todos compartían una celebración. Las manos mirando al cielo, apuntando con el dedo índice al universo para recordar al mundo que todos esos tantos tenían un motivo detrás.

A pesar de las dificultades por las que pasó, Paco Alcácer se convirtió en una leyenda del fútbol español. No iba a permitir que la sombra de su padre cayera en el olvido, por eso jugaba al fútbol. Entendió que debía seguir luchando, con el gran peso de su pérdida, pero luchando. Entendió que la vida a veces es injusta y entendió que todo aquello no iba a pertenecer a un recuerdo abstracto en su carrera. Paco Alcácer y su ejemplo de superación, la historia para recordar el Día del Padre que marcó la diferencia en nuestro deporte.



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