El Real Madrid está a los cuartos de final de la Champions League más por obra de un milagro que por la acción de sus futbolistas. El juego y la actitud de los jugadores preocupa y mucho, poniendo en duda el pase a semifinales.

Situación insostenible
La temporada del Real Madrid no está siendo para nada lo que se esparaba. Tras la llegada de Mbappé como ese delantero estrella que tanto necesitaban, cerrando un cuartero en ataque comformado por Vinicius, Rodrygo, Bellingham y el propio Mbappé que hacía temblar a todas las defensas de Europa.
Sin embargo, Ancelotti no acaba de conseguir encajar a los cuatro futbolistas en un mismo once, además de que el astro francés no parece el mismo que en el PSG. Para más inri, las bajas en defensa debilitaron aún más a los blancos, que sin quererlo, obligó a subir a uno de los chavales de la cantera, Raúl Asencio, algo innedito en los últimos años en los que la cantera ha perdido totalmente el interés del técnico italiano. Bueno pues es justamente este canterano el que sostiene la zaga del equipo, siendo uno de los favortitos de la afición que cuando entrecierra los ojos ve la silueta del eterno capitán, Sergio Ramos.

Aún así, el Real Madrid no logra esa continuidad que necesita, ni da la seguridad que debe dar. A trancas y barrancas, los merengues siguen vivos en todas las competiciones, pero dejando unas sensaciones que no acompañan.
En Champions, tampoco
Ni siquiera en la en la Champions League se está viendo a ese Madrid mágico. Ese Madrid que siempre da la cara y que lucha hasta el final. El miércoles en el Metropolitano no se vió eso. Se vió un equipo sin ideas, sin imaginación, sin ganas de correr ni de pelear. Se vió un equipo pobre y sin ambición, casi sin interés de remonatar el partido, rendido y a la espera de los penaltis. Y en esa lotería la palma se la puede llevar cualquiera, y en este caso se la llevaron los blancos. Pero, ¿hasta cuándo le va a durar la suerte al Madrid en la Champions? No se puede recurrir siempre a la épica o a la fortuna, porque un día se acaba, y a este Madrid, parece que se le agota.
Espera una eliminatoria muy complicada. Un Arsenal que si que es cierto que en horas bajas, pero que viene de hacer un global de 9-3 contra el PSV. Un Arsenal con hambre de Champions y de volver a lo más alto.

Al Madrid le espera un final de temporada durísimo, el cual debe tomar de la mejor manera y con el espíritu ganador que los caracteriza, porque a estas alturas, cada partido es decisivo y no vale ya creer en milagros, porque los milagros al igual que la gasolina se agotan, y el Madrid no tiene gasolineras cerca y empieza a rozar la reserva.



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