Los seaguls fueron el equipo con mayor gasto neto en el pasado mercado de fichajes de verano, pero la apuesta por Hürzeler no está siendo lo que se esperaba
El Brighton & Hove Albion, equipo de la costa sur de Inglaterra, es un ejemplo de superación y de proyecto a largo plazo. Desde la compra del club en 2009 por parte de su actual presidente, Tony Bloom, las gaviotas lograron ascender desde League One (tercera categoría del fútbol inglés) hasta la Premier League en 2017. En sus cuatro primeras temporadas tras el regreso a la cima del fútbol inglés, el conjunto blanquiazul sufrió para mantener la categoría, quedando entre los seis últimos clasificados en todas ellas (15º, 17º, 15º y 16º).
La llegada al banquillo de Graham Potter procedente del Östersunds sueco en el verano de 2019 fue el comienzo de la evolución del equipo en los años posteriores. Sus dos primeras temporadas no fueron destacables en cuanto a la clasificación, pero en la 19/20 finalizó a siete puntos del descenso y en la 20/21 terminó a trece puntos del Fulham, 18º clasificado esa temporada. Unos resultados, en realidad, más que notables para un equipo que comenzaba a ser regular en la Premier League. Y con un estilo nada amarrategui que priorizaba el trato del balón por encima del respeto por no perder puntos.
En la temporada 2021/22, el Brighton, con una plantilla joven, finaliza noveno con 51 puntos a solo 5 del West Ham, equipo que se clasificó para la Conference League ese año. Un rendimiento sobresaliente para un conjunto en el que jugadores veteranos como Dunk, Gross, Lallana o Welbeck se compenetraron a la perfección con jóvenes talentos que comenzaban a emerger en la élite como Alexis Mac Allister, Leandro Trossard, Marc Cucurella (fichado esa temporada procedente del Getafe) o Moisés Caicedo, quien tuvo sus primeras apariciones en la recta final de la temporada tras una cesión en el Berschoot belga. A comienzos de esa misma temporada, el Brighton consumó su primera gran venta: Ben White. El central inglés se marchaba al Arsenal, dejando casi 60 millones de euros en las arcas del club. Esta venta y la de Dan Burn en enero de 2022 al Newcastle ayudaron al Brighton a acabar esa temporada con un saldo positivo de unos tres millones de euros. Estos traspasos abrieron una veda en los años posteriores donde el club del Amex vendería por mucho dinero a sus estrellas más jóvenes.

En verano de 2022 se produjeron ventas muy potentes como la del propio Cucurella al Chelsea por más de 60 millones y la de Bissouma al Tottenham por unos 30 millones. El equipo se reforzó con Estupiñán (Villarreal) por menos de 20 millones, además de un Enciso (Club Libertad) que tuvo un gran impacto esa temporada y por el que solo desembolsaron algo más de 10 ‘kilos’. El equipo dirigido por Potter comenzó como un tiro la Premier League 2022/23. En el mes de septiembre, el Chelsea despide a Thomas Tuchel y su recambio termina siendo el propio Graham Potter. Es entonces cuando el banquillo del Brighton queda huérfano. El sustituto de Potter acaba siendo un entrenador con una idea de juego similar a la del inglés. Un técnico joven cuya última experiencia en los banquillos había sido en el Shakhtar Donetsk ucraniano antes de estallar la guerra. Su nombre: Roberto de Zerbi.
El rendimiento del italiano esa temporada fue sobresaliente. El Brighton lograba clasificarse para la Europa League tras finalizar la temporada sexto con 62 puntos. Además, los seaguls alcanzaron las semifinales de FA Cup, cayendo en la tanda de penaltis ante el Manchester United. Todo esto con un estilo de juego muy propositivo y con una importancia capital de los jugadores más jóvenes de la plantilla. A los Caicedo y Mac Allister se sumaba el rendimiento de Levi Colwill, Julio Enciso, Kaoru Mitoma o Facundo Buonanotte. Destacable también la baja de uno de sus mejores jugadores a mitad de temporada: Leandro Trossard se marchaba al Arsenal por unos 25 millones después de sus problemas con De Zerbi.
Llegamos al verano de 2023. Un punto de inflexión para el futuro del equipo del sur de Inglaterra. Tras un verano movido en las oficinas del club, el Brighton acaba el mercado de traspasos vendiendo por más de 180 millones de euros a Mac Allister (Liverpool), Moisés Caicedo y Robert Sánchez (Chelsea). Los fichajes más destacados del Brighton ese verano fueron João Pedro (Watford) por unos 35 millones, Carlos Baleba (Lille) por 27 millones, Bart Verbruggen (Anderlecht) por 20 millones e Igor Julio (Fiorentina) por algo más de 15 millones, además de la sonada cesión de Ansu Fati procedente del FC Barcelona. Todos ellos, a excepción de Igor Julio, menores de 22 años. El balance fue de unos 80 millones de euros en beneficios, prácticamente calcado al resultado financiero del ejercicio anterior. Había mucho dinero.
La participación en competiciones europeas, sumado a la bajada del nivel de la plantilla, terminó con un undécimo puesto en el campeonato de liga, con una eliminación en octavos de final de la Europa League ante la Roma de De Rossi y un papel poco destacado en las copas domésticas. Sin embargo, la apuesta por un fútbol ofensivo y un papel protagonista de los jóvenes permanecía vigente. Sin embargo, De Zerbi abandona el banquillo de las gaviotas a final de esa misma temporada.
La necesidad del equipo de volver a aspirar a competiciones europeas provoca un mercado de traspasos histórico para el club. El Brighton, influenciado por los beneficios obtenidos en los mercados de traspasos anteriores, se deja casi 300 millones de euros en jugadores jóvenes del panorama europeo en su mayoría. Las incorporaciones de Matt O’Riley (Celtic), Yankuba Minteh (Newcastle), Georgino Rutter (Leeds), Ferdi Kadioglu (Fenerbahçe) o Brajan Gruda (Mainz) debían sustituir la marcha de alguno de los jugadores más importantes de la historia del club, como es el caso de Pascal Gross, que se marchó al Borussia Dortmund. El capitán del barco elegido para liderar a esta joven plantilla es toda una sorpresa. Fabian Hürzeler, entrenador de apenas 32 años de edad y que recién acababa de ascender a la Bundesliga con el St. Pauli, es el elegido.
La temporada empieza de forma ilusionante para el equipo y sus aficionados, llegando a situarse en puestos Champions en las primeras jornadas de Premier League 2024/25. Aunque cierto es que los fichajes, salvo Minteh, no han rendido al nivel que se esperaba. Hasta finales de noviembre, el rendimiento del equipo fue muy notable. Sin embargo, en los últimos tres meses de temporada hemos visto una involución en cuanto a resultados y en cuanto al juego tan atractivo que proponía este equipo. Hürzeler está apostando por un plan de partidos más defensivo, cediendo más la pelota a los rivales que antaño. Este año, la media del porcentaje de posesión del Brighton es del 52%, muy alejado del 60% que promedió el equipo bajo los mandos de Potter y De Zerbi. Los números de esta temporada se parecen más a los que cosechó el Brighton de Chris Hughton hace ya seis años.
Otra de las bases en la que se está desarrollando este club es por la apuesta por talento joven, con el fin de que destaquen a un nivel de élite como la Premier League, para luego venderlos por ingentes cantidades de dinero como ya pasó con Caicedo. La media de edad del equipo esta temporada es de 23,5 años, una de las plantillas más jóvenes de la historia de la Premier League. Sin embargo, Hürzeler está apostando más por sus jugadores más veteranos. Los casos del capitán Lewis Dunk (33), Joel Veltman (33) o Danny Welbeck (34) son claros ejemplos de que el entrenador alemán se fía menos de los jóvenes que poco a poco llegan al primer equipo, cortando así su progresión y yendo a contracorriente de la estrategia del club. Si bien es cierto que la plaga de bajas en defensa ha afectado a este tipo de decisiones, en ataque Hürzeler dio salida a Buonanotte al Leicester en verano o a Enciso al Ipswich Town en enero. Dos jugadores que en los comienzos de De Zerbi fueron fundamentales. En la punta de ataque, Welbeck está repartiéndose los minutos equitativamente con João Pedro, el otro ’9’ que permanece en el equipo después de que Evan Ferguson (20 años) tuviera que salir cedido al West Ham en enero tras contar con pocos minutos.
Como ya se ha mencionado anteriormente, el nivel de ‘las gaviotas’ empeoró considerablemente a partir de diciembre, encadenando ocho partidos sin ganar hasta sus triunfos ante el Ipswich Town y el Manchester United (dos equipos en horas bajas). Pero el equipo blanquiazul tocó fondo el 1 de febrero de este mismo año, cuando cayeron por un durísimo 7-0 ante el Nottingham Forest. Es aquí cuando las dudas sobre Hürzeler empezaron a acrecentarse.
El plan de partido de los encuentros posteriores se ha desarrollado en un bloque bajo y contraataque que, pese a ser contrario a la cultura de los últimos años en el Amex, está cosechando unos resultados inmejorables: cinco triunfos seguidos, incluyendo la clasificación a cuartos de final en la FA Cup y un 8º puesto en Premier League, a solo 3 puntos de los puestos Champions
Los resultados, al menos en febrero, están avalando las ideas de Hürzeler. Sin embargo, la propuesta de juego adoptada en estos partidos dista mucho de aquel Brighton que enamoró a todos los aficionados al fútbol inglés y que tantos resultados dio para el club. Es complicado que suceda si los resultados acompañan, pero es posible que la salida de Hürzeler esté más cerca de lo que pensamos si sigue con este plan alejado de lo que ha sido la filosofía del club en sus años más recientes.



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