Desde el arranque del portugués en el banquillo del Milan, el equipo rossonero no ha mejorado sus prestaciones hasta antes de su llegada y acumula varias derrotas, alguna de ellas decisiva para las aspiraciones del club italiano

No están siendo semanas de ensueño para los aficionados del AC Milan. De hecho, la caída del equipo del norte de Italia viene ya desde muchos años atrás. Nada queda de aquel Milan de Ancelotti tan temido en toda Europa en donde Káká y compañía se paseaban en Italia y llegaban lejos o ganaban títulos de Champions League. Si bien es cierto que en las últimas temporadas el equipo ha ido remontando su caótica situación, incluso levantado un Scudetto en la 21/22, el Milan sigue siendo una sombra de lo que fue antaño. Y esto no parece que vaya a cambiar en el corto plazo.
Tras la salida de Stefano Pioli el verano pasado, quien había recuperado la competitividad de un equipo histórico, llegaba al banquillo rossonero un entrenador como Fonseca. Con el luso, el bagaje del Milan en Serie A fue de 7 victorias, 6 empates y 4 derrotas, logrando un total de 27 puntos y dejando al equipo 8º clasificado a 8 puntos de la zona de clasificación para la Liga de Campeones. Fonseca fue despedido tras un empate a uno ante la Roma.
Fueron varios nombres los que sonaron para hacerse cargo del banquillo del Milan. El elegido en esta ocasión fue un entrenador de renombre que había construido un Oporto campeón en Portugal como es Sérgio Conceição. Un técnico caracterizado por la solidez defensiva de sus equipos parecía que podría devolver la fiabilidad de un Milan que sufría mucho atrás. El talento del centro del campo en adelante haría números casi por inercia. Todo parecía que funcionaría al poco de arrancar.

El impacto del portugués en el rendimiento del Milan no pudo empezar de mejor forma. Su equipo acabaría levantando la Supercopa de Italia tras remontar dos partidos seguidos, tanto en las semifinales frente a la Juventus (2-1) como en la final ante el gran rival (y favorito a ganarla), el Inter de Milán (3-2). La euforia se desató en la parte rojinegra de la ciudad de Milán. Este título parecía devolver la confianza del vestuario y de los aficionados.
A partir de ahí, el nivel del Milan volvió por sus derroteros habituales y el estancamiento en el estilo de juego quedó más que evidenciado. En el campeonato doméstico, el balance de Conceição hasta ahora son 4 victorias, 2 empates y 4 derrotas, sumando un total de 14 puntos. Paradójicamente, ha empeorado la situación respecto a los resultados de su predecesor en el momento que fue despedido: 9º clasificado a 11 puntos de los puestos de Champions. Una mediocridad que no está ayudando al Milan a luchar por sus principales objetivos. Entre medias de estas ocho jornadas de Serie A, a Conceição le ha dado tiempo para consumar una catástrofe en el club.
En el momento que cogió el equipo a comienzos de enero, el Milan lo tenía todo de cara para clasificarse directamente entre los ocho primeros de la fase de liga de la Champions League. Sus dos enfrentamientos restantes contra Girona y Dinamo de Zagreb aparentaban ser un escenario asequible para consumar esa clasificación directa. De hecho, el 1-0 frente al club catalán les permitía empatar en Croacia para clasificarse a octavos directamente. Sin embargo, cayeron por 2-1, teniendo que disputar una eliminatoria de dieciseisavos frente a un Feyenoord al que, días más tarde, le arrebatarían a su jugador estrella, el mexicano Santi Giménez.
Los fichajes de Walker, João Félix y el propio Giménez en el mercado de invierno, a priori, aportarían rendimiento inmediato en aquellas posiciones en las que el club rossonero había perdido jugadores, como es el caso de Morata u Okafor en la delantera o de Calabria en el lateral diestro. El panorama tras la debacle en Champions parecía mejorar algo. Pero aún quedaba el plato fuerte.

El 1-0 en Rotterdam se resolvería en un Estadio de San Siro a reventar. El Feyenoord llegaba al partido de vuelta con hasta diez bajas, algunas de ellas muy sensibles, como la del capitán Quinten Timber. El Milan, por su parte, llegaba con prácticamente todo su plantel disponible. El partido no pudo empezar de mejor forma. Giménez empataba la eliminatoria en el primer minuto de partido. La primera parte del Milan fue muy convincente. Gozaron de ocasiones para marcar algún tanto más. Pero en la segunda mitad fue cuando el equipo de Conceição se cayó. Tras la expulsión por doble amarilla de Theo, el bloque se echó atrás y cedió la iniciativa por completo a los visitantes, que acabarían marcando el 1-1 a pocos minutos del final con un gol de Carranza. El Milan caía en dieciseisavos de la Champions League cuando medio mes antes estaba prácticamente clasificado a octavos.
Las feroces críticas al equipo, aún así, no acabaron con la confianza de la directiva en el técnico portugués. Sus apuestas por João Félix o Musah y el rendimiento de los principales baluartes de este equipo, como son Rafael Leão o Theo Hernández, están, a día de hoy, más que cuestionados entre los aficionados milanistas. Y la racha no ha ido más que empeorando. Después de la eliminación europea, sus tres siguientes partidos los cuenta por derrotas. Un triple 2-1 ante Torino, Bolonia y Lazio dejan a un Conceição más que discutido en un club que no tiene mucha paciencia con los entrenadores. Su próximo encuentro le enfrentará a un equipo de tabla baja como es el Lecce. No sorprendería que, en caso de no sacar los tres puntos, Sérgio Conceição se convierta en el segundo entrenador despedido en el Milan esta temporada.



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